Nuevos métodos dictatoriales para imponer los términos de uso en una videoconsola

Debido a las políticas de ciertas compañías a día de hoy es difícil saber en qué grado aquello que compramos es totalmente nuestro o no. Siempre están ahí los términos de uso, aquello conocido comúnmente como ‘la letra pequeña que nadie se lee’ o ‘ese tocho de texto’ que simplemente pasamos por alto para poder disfrutar cuanto antes del videojuego, red social o cachivache de turno sin saber a ciencia cierta si con ello acabamos de vender nuestra alma al diablo.

El alcance de estos términos que aceptamos sin ningún tipo de miramiento puede ir mucho más allá de los que imaginamos, pudiendo llegar a perder la garantía si osamos trastear con el interior del dispositivo en cuestión, siendo bloqueados de una red social por expresar algo ‘inapropiado’ o viendo como sufrimos restricciones de uso por saltarnos alguna norma que ni sabíamos que existía. Pero incluso los que deciden saltarse las normas a propósito vuelven a topar con ellas como si se dieran de cabeza contra un muro.

Hace ya unos años aquellos que se dedicaban a chipear consolas esgrimían un argumento muy simple: si compras un aparato, una vez has pagado por él, ya es tuyo, por lo que puedes hacer con él lo que te plazca. Y en ese ‘lo que te plazca’ entra perfectamente el trucarlo para eliminar las restricciones impuestas por la compañía fabricante, permitiendo por ejemplo la reproducción de videojuegos importados, el uso de aplicaciones caseras o la creación de copias de seguridad, algo que entra dentro de la legalidad en España.

Por desgracia este mismo argumento suele tergiversarse para acabar implementando chips que permitan por ejemplo la reproducción de videojuegos pirata o de cualquier otro contenido protegido por derechos de autor, por lo que aquello que parece lógico y hasta justo acaba por convertirse en una violación de la legalidad vigente. De esta forma el mero hecho de que trasteemos con nuestros teléfonos móviles o videoconsolas aunque sea para pintarlos de fucsia no agrada en absoluto a las compañías.

Entonces, ¿hasta dónde puede llegar el control por parte de una compañía de ese producto que nos vende? Pues hasta límites insospechados si nos fijamos en la última iniciativa de Nintendo. Y es que tal y como ha sacado a relucir el usuario de Youtube AMurderOfCrows, si no aceptamos los nuevos términos de uso de Wii U la firma nipona puede bloquear nuestra consola de forma remota hasta que los aceptemos. En otras palabras, estamos ante una descarada imposición de unos términos que pueden no tener nada que ver con aquellos que ya aceptamos en su día cuando compramos e instalamos la consola por primera vez. ¿Es justo que nos cambien las reglas del juego cuando consideren oportuno y de forma totalmente unilateral?

No son pocos los usuarios que han visto en esta medida una auténtica imposición dictatorial, preguntándose por qué no existe siquiera la posibilidad de rechazar estos nuevos términos pudiendo seguir disfrutando de la consola por la que han pagado aunque sea sin recibir nuevas actualizaciones o sin poder ejecutar ciertas funciones online. Porque lo dicho, si no aceptamos los nuevos términos, nuestra Wii U será menos útil que una piedra de río, un gato de escayola o un Kinect en Xbox One, y eso parece ser de todo menos justo.