Hubo un tiempo en el que vimos en las plataformas streaming una auténtica revolución capaz de expulsar a las videoconsolas tradicionales de la primera línea de batalla. Las ventajas estaban ahí, y aunque aún había muchas cosas por pulir lo cierto es que prometían bastante. Poder disfrutar de un extenso catálogo de juegos a un precio más que económico sin tener que descargarlos en tu PC permitiría que cualquiera, ya fuera sin consolas o sin un ordenador potente, pudiera disfrutar de los títulos más punteros. El problema por supuesto era un ancho de banda inalcanzable en países como España.
El caso es que Gaikai y OnLive fueron las pioneras. La primera fue adquirida por Sony en una sonada compra que permitió a la compañía nipona hacerse con una infraestructura ideal para potenciar la red de PS4 y lanzar Playstation Now, su propio sistema de videojuegos vía streaming con el que buscan ofrecer un nutrido catálogo de títulos de PS3 y sus predecesoras en cualquier dispositivo, ya sea una PS3, una PS4, PS Vita, un dispositivo móvil o incluso un televisor Bravia. De hecho en Sony ya se plantean un futuro sin consolas tradicionales.
La segunda por otro lado sufrió una gran crisis que casi termina por borrarla del mapa. De hecho la infraestructura y medios de OnLive se vieron reducidos de forma drástica y nadie daba dos duros por su futuro, hasta que en 2012 un grupo de inversores le salvó el pellejo. Ahora sabemos que han estado trabajando para volver a salir a flote, y que ya cuentan con una ambiciosa meta en mente: expandirse a seis nuevos territorios.
De esta forma Suecia, Dinamarca, Finlandia, Noruega, los Países Bajos e Irlanda se sumarán a EE.UU., Inglaterra y Canadá contando con un servicio completo que da cabida a más de 300 juegos y puede disfrutarse tanto en dispositivos móviles como en PC y consolas Android como Ouya. El motivo sería el interés levantado en estos países y la buena calidad de sus conexiones de red.
¿Y su llegada a España? Pues si tenemos en cuenta que el requisito indispensable es un ancho de red decente, lo más lógico es pensar que aún nos queden unos cuantos años para ser un mercado apetecible.