Ya da igual cómo lo pinten, el caso es que la situación en Crytek, compañía responsable de productos de éxito como la saga Crysis y el motor Cry Engine y de algún que otro fracaso como el exclusivo de Xbox One Ryse: Son of Rome, es más que delicada debida a la grave crisis financiera por la que atraviesan sus arcas, siendo motivo de despidos, salidas de empelados en masa hartos de no cobrar y ciertas turbulencias dentro del desarrollo de algunos de sus juegos como Hunt: Horrors of the Gilded Age.
Así es, porque este título que estaba en desarrollo en las oficinas de Crytek Austin y que como decimos fue anunciado hará apenas uno o dos meses ha pasado a manos de Crytek Frankfurt por causa mayor. Más que nada porque el propio Cevat Yerli, CEO de Crytek, ha decidido convertir dicho estudio en un centro para dar soporte a los desarrolladores americanos que trabajan con el Cry Engine. De esta forma los empleados de Austin que quieran seguir desarrollando videojuegos tienen dos opciones; o coger la puerta y salir de la compañía o hacer las maletas rumbo a Frankfurt, lo que les supone el pequeño inconveniente de tener que mudarse a otro continente, ahí es nada.
Sobre este tema y la reciente sesión de Homefront: The Revolution a Deep Silver ha hablado Yerli en su último comunicado:
“Con tal de cimentar el futuro de Crytek, el presente trato al que hemos llegado con Koch Media (Deep Silver) nos permite continuar con nuestras ambiciosas metas y convertirnos en un distribuidor online. Con Warfare, Arena of Fate y Hunt tenemos una cartera perfecta y el equipo idóneo para llevarlos a cabo. Queremos agradecer a nuestro equipo pasado y presente en Nottingham y Austin sus contribuciones a la compañía y les deseamos lo mejor a todos a los que no vayan a seguir con Crytek”.