The Elder Scrolls, uno de esos nombres que consigue hacer estremecer a un incontable número de seguidores incondicionales de una franquicia que ya se puede considerar mítica. Una saga con un trasfondo tan profundo y rico en detalles e historias, que ha conseguido incluso crear una legión de estudiosos de su universo.
Desde su primera entrega The Elder Scrolls ha ido mejorando con el tiempo mejor que el buen vino: Daggerfall,Morrowind, el inolvidable Oblivion o el más reciente Skyrim. Cada entrega iba aportando más detalles, más historias legendarias y más leyendas sobre héroes y enemigos del presente y del pasado, enriqueciendo cada vez más un universo que además ha sufrido una transformación visual de lo más impactante. Pero faltaba algo.
No eran pocos los que opinaban que el universo de The Elder Scrolls no se podía aprovechar plenamente sin una experiencia compartida. No poder recorrer algunos de sus emblemáticos lugares ni luchar y morir codo con codo con un grupo de acompañantes humanos se estaba convirtiendo en una losa demasiado pesada. Por este motivo, el paso lógico y natural en la evolución de la serie pasaba sí o sí por implantar un sistema online para al menos poder disfrutar de las aventuras por Tamriel en modo cooperativo. Sin embargo, Besthesda y ZenimaxStudios decidieron ir a lo grande y explotar todo el potencial del universo The Elder Scrolls con una experiencia online masiva, un MMO capaz de romper el listón impuesto por otros grandes del género, así nacía The Elder Scrolls Online.
AVISO: Antes de empezar a desgranar las virtudes y defectos que hemos extraído de nuestra experiencia con el juego, debemos advertir que nos encontramos ante un juego de tal magnitud, que dificulta poder analizar todos y cada uno de sus detalles, personajes y lugares que visitar. Hemos dedicado muchas horas a forjarnos una idea bastante clara del resultado conseguido con The Elder Scrolls Online, pero cada jugador tendrá sus propias experiencias, y no tienen por qué coincidir con nuestros pasos para llegar a nuestras conclusiones. Aun así estamos convencidos de haber captado plenamente la esencia y esperamos que este análisis sirva como visión general para que aquellos que estén indecisos, puedan tener una idea fiable de qué se van a encontrar.
Dicho esto, pasemos a analizar The Elder Scrolls Online.
Los primeros pasos
Como en todo MMO o RPG que se precie, nuestras primeras decisiones se centrarán en la difícil tarea de crear a nuestro héroe, porque sí, vamos a dedicar muchas horas junto a él, y pocas sensaciones son peores que descuidar a nuestros amigos, familia, estudios y trabajo en la vida real, para acabar con un personaje con el que ni siquiera nos terminamos de identificar…
En The Elder Scrolls Online esta decisión es incluso más difícil de que costumbre, y no nos referimos al editor que nos permite establecer con precisión el ancho de nuestra mandíbula no, nos referimos a la elección de la raza, clase y alianza, porque en función de una u otra, nuestra experiencia puede cambiar de forma radical.
Disponemos de nueve razas, tres para cada alianza, lo cual de primeras implica comenzar nuestra andadura en una región u otra del gigantesco escenario de juego. Una vez nos decidimos, pasamos a la segunda parte de nuestra elección, que resulta ser un poco más complicada si queremos exprimir al máximo las cualidades únicas de la raza que elijamos porque no todas combinan igual de bien con una de las cuatro clases. Por ejemplo, Breton yMago son dos posibilidades que cuadran bastante bien, sin embargo, elegir un Orco y querer convertirlo en un especialista en curación… puede no ser la mejor idea del mundo. Las posibilidades son muchas, y estas primeras decisiones son realmente trascendentes, sin duda un gran punto de partida para cualquier RPG que quiera ser considerado como tal.
A pesar de todo, los primeros pasos son siempre los más insulsos, y The Elder Scrolls Online no es ninguna excepción. Nuestro personaje comienza con un par de sucios harapos y un arma básica con la recorrer la prisión que sirve de tutorial para familiarizarnos con los controles. Apenas podremos hacer nada que no sea bloquear, atacar, esquivar o experimentar con la vista que más se adapte a nuestro gusto: primera persona otercera persona con distintos grados de zoom, ambas posibilidades las tenemos siempre disponibles a tan sólo un giro de la rueda del ratón, y ambas son perfectamente viables.
La diversión está en la progresión
The Elder Scrolls Online desata todo su potencial a medida que evolucionamos a nuestro personaje, entre otras cosas, porque el sistema de progresión resulta tan atractivo como el de entregas anteriores. Como viene siendo costumbre en la saga, iremos mejorando las habilidades a medida que hagamos uso de ellas, pero para tenerlas disponibles, necesitamos desbloquearlas con cada “Skill Point” que consigamos al subir de nivel. Estos puntos de habilidad se pueden utilizar en distintos apartados, ya sean en habilidades propias de nuestra clase, habilidades específicas en el uso de determinadas armas o en el noble arte del Crafting para elaborar nuestros propios objetos y equipo.
Uno de los mayores atractivos reside en el enorme abanico de posibilidades que tenemos a la hora de desarrollar nuestro personaje. Podremos dedicarnos a diversificar un personaje genérico capaz de hacer un poco de todo(opción poco recomendable) o bien especializarlo hasta niveles donde domine por completo disciplinas muy concretas, una opción en la que podremos aprovechar al máximo ciertos poderes y habilidades. En cualquier caso, contamos con más habilidades de las que podremos realmente elegir aunque lleguemos al nivel 50, por lo que una vez más, cada decisión cuenta.
Por supuesto, con cada nivel y con cada nueva habilidad, daremos un paso adelante en el grado de satisfacción que provoca controlar a nuestro personaje, y a medida que avancemos, enfrentarnos a unos enemigos cada vez más complicados multiplica aún más el nivel de diversión. Poco o nada tiene que ver la experiencia de vernos bloqueando y golpeando toscamente en los primeros niveles, a vernos sembrando el terror entre nuestros oponentes en niveles más altos mientras los envolvemos en llamas o recurrimos a la licantropía para aumentar nuestra brutalidad cuerpo a cuerpo.
Un universo del que resulta difícil cansarse
Sin duda, la capacidad de dar alegrías al jugador a medida que hace progresar a su personaje, es una de las grandes virtudes de The Elder Scrolls Online, pero no es la única. De hecho, nos atreveríamos a decir que el gran atractivo del juego es otro, uno que tiene que ver con su historia, su ambientación y la enorme riquezaque envuelve su universo.
El escenario del juego es probablemente el principal protagonista, y no nos referimos a la calidad técnica ni visual porque tiene carencias importantes que comentaremos más adelante, más bien se trata de la sensación que provoca recorrer el extenso mundo de The Elder Scrolls en toda su plenitud, desde los frondosos bosques deElsweyr a los parajes volcánicos de Morrowind, sin olvidarnos de las impresionantes vistas de las montañas deSkyrim o las arenas del desierto de Hammerfell.
La historia se desarrolla un milenio antes de los acontecimientos de Skyrim, pero no cuesta demasiado reconocer muchos lugares emblemáticos, porque a pesar de los evidentes cambios, muchos aspectos se mantienen intactos como la arquitectura de algunas ciudades o lugares de la serie. Lo mismo ocurre con muchos de los enemigos a los que nos enfrentaremos, ya sean pequeños esbirros o gigantescos jefes finales, The Elder Scrolls Onlinehace un gran uso del interminable bestiario de la serie.
Es difícil describir la enormidad del mapa del juego y la cantidad de lugares por explorar y descubrir, pero definitivamente, The Elder Scrolls Online hace un gran uso del universo en el que se basa la serie y tanto si nos dedicamos a recorrer libremente el escenario de juego, como si nos centramos en la trama y en las historias que tanto personajes como libros tienen que contarnos, veremos que se ha hecho un esfuerzo titánico por recrear con bastante fidelidad todo aquello que recordamos de otros juegos de la serie.
Pero no es oro todo lo que reluce…
Hasta ahora, hemos hablado de las principales virtudes de un juego atractivo para los seguidores de la franquicia, pero que dista mucho de ser un juego perfecto. Ahora toca pasar a repasar algunos de sus grandes defectos, y nos tememos que no son pocos.
Dejando de lado el precio del propio juego y la suscripción (algo que tendrá que valorar cada uno en función de sus posibilidades), lo primero que cabe destacar es un asunto delicado que además resulta evidente desde casi el comienzo del juego. La faceta de MMO proporciona una buena serie de ventajas al planteamiento clásico de The Elder Scrolls, pero también puede acabar convirtiéndose en su mayor pesadilla. Desde luego, supone un atractivo añadido verse inmerso en un mundo repleto de otros seres humanos a los que unirnos o enfrentarnos, pero un mundo abierto capaz de albergar a muchos jugadores simultáneamente acaba teniendo un precio, y en ocasiones, el precio puede resultar un poco alto.
Y es que la necesidad de dar cabida a tanta gente, hace que automáticamente todo resulte mucho más artificialque en un juego diseñado para reaccionar a las decisiones de un único jugador. En juegos anteriores de la serie, se sucedían ciertos acontecimientos que cambiaban el rumbo de la historia e incluso del entorno. Podíamos establecer cierta relación con algunos personajes que sólo tienen ojos para nosotros (no para otros tantos miles de jugadores), incluso podíamos disfrutar de cierta privacidad en algunas zonas concretas. The Elder Scrolls Online, como buen MMO, tiene que replantear todos estos conceptos y adaptarlos a las nuevas necesidades, con personajes que muestran símbolos flotantes sobre sus cabezas indicando que tienen misiones para todos aquellos que se acerquen a aceptarlas y un entorno donde nuestras acciones apenas dejan huella para no provocar el caos en la experiencia del resto de jugadores.
Un buen ejemplo para ilustrar esta artificialidad es quedarse en un lugar donde hemos acabado con un determinado monstruo que nos pedía eliminar un personaje concreto. Sí, la historia era muy dramática y dotaba de sentido a nuestras acciones, incluso sentíamos cierta satisfacción al acabar con él. Sin embargo, al quedarnos observando en ese mismo lugar, veremos como otros jugadores con ese mismo encargo van llegando en fila india matando al mismo monstruo que reaparece ante nuestras narices una y otra vez para dar sentido a las partidas ajenas. Práctico, pero artificial.
El apartado técnico también se ve resentido por la adaptación a MMO y aquí sí podemos encontrarnos con algunas deficiencias de las que echan un poco para atrás. No es lo mismo preparar un mundo con una determinada calidad gráfica para adaptarse a la partida de un único jugador, que diseñar un escenario capaz de albergar a cientos o miles de personajes pululando por aquí y por allá completando misiones, recolectando materiales y eliminando enemigos. El resultado final seresientey en The Elder Scrolls Online a veces cuenta con un apartado visual que resulta demasiado tosco.
No se puede poner en duda la calidad del diseño artístico, algunas zonas son especialmente bellas, sobre todo cuando se juega con las luces y las puestas de sol. Pero también nos encontramos con zonas desoladas, muy limitadas en número de detalles y con mucho polígono rudimentario.
Otro problema aparte son los bugs. ¿Recordáis lo que ocurría en Skyrim? Pues preparaos que aquí también hayuna buena fiesta montada. Caballos que patinan por el suelo sin mover las patas, escarabajos que corretean con medio cuerpo enterrado en la arena o personajes que se desaparecen ante nuestros ojos como por arte de magia son solo algunos ejemplos, y aunque muchos de ellos sólo afectan a la estética del juego, otros nos impiden progresar en nuestra aventura al no dejarnos hablar con el personaje que supuestamente nos tiene que dar nuestra siguiente misión. Este último caso puede resultar especialmente frustrante porque nos obliga en ocasiones a dedicarnos a otros asuntos forzosamente mientras esperamos a que se solucione el problema.
¿English? Eh… lo justo
Siguiendo con nuestra particular selección de aspectos negativos, tenemos que dar otro aviso importante a todos aquellos que no dominen la lengua de Shakespeare. The Elder Scrolls Online no nos llega ni doblado ni traducido al castellano, por lo que un amplio conocimiento de la lengua inglesa es imprescindible para disfrutar plenamente de la experiencia. El problema es algo más grave de lo que parece porque si hay algo en lo que The Elder Scrolls Online marque la diferencia respecto a otros RPGs o MMOs, es su historia. El juego está plagado de información sobre su universo, y tanto los personajes que nos van ofreciendo misiones, como muchos de los acontecimientos que se van desarrollando pierden por completo el encanto si nos vemos forzados a ignorar los diálogos. Sin esa excepcional narrativa, el juego pasa a ser algo así como “ve a recuperar tal cofre” o “ve a matar a tal bicho” convirtiéndose automáticamente en una experiencia genérica, repetitiva, aburrida, y sobre todo, muy poco recomendable.
Mejor en compañía… a veces.
Por último, tenemos que dar otro aviso importante sobre otro fallo bastante grave de planteamiento al agruparse con otros jugadores.
The Elder Scrolls Online cuenta con un número más que considerable de regiones y mazmorrasespecialmente diseñadas para grupos donde poder colaborar para vencer a algunos de los enemigos más temibles del juego. Con un grupo equilibrado, se pueden conseguir los mejores momentos del juegocombatiendo contra grupos de enemigos o contra unos espectaculares jefes finales para conseguir el preciado botín. Es sin duda otra de las grandes virtudes del juego, porque respeta la fórmula habitual de este tipo de eventos en un MMO, pero aportando muchas y muy buenas ideas. Sin embargo, hay un requisito para poder disfrutarlos: asegurarnos de que nos aliamos con amigos o gente de confianza, porque puede llegar a convertirse en un auténtico infierno.
El problema principal es un sistema de “Loot” que nos deja más dudas que alegrías. Por una parte, derrotar a un jefe final no ofrece ninguna garantía de recibir objetos interesantes, de hecho suelen ser frecuentes las decepciones, por suerte casi todas las Zonas de Aventuras o Mazmorras cuentan con un buen número de cofres donde encontrar la mayor parte de nuestro botín al adentrarnos en uno de estos lugares. El problema reside en que no hay ningún método para repartirse los premios de estos cofres como ocurre por ejemplo enWorld of Warcraft, aquí quien lo abre se lo queda, y como os podéis imaginar nos hemos encontrado con más de un impresentable que lo único a lo que se dedicaba era a correr hacia ellos sin prestar la más mínima ayuda al grupo. Peor aún es que tenemos bastantes trabas para echar a uno de estos individuos del grupo, porque aunque le expulsemos, puede quedarse en la mazmorra si así lo desea impidiendo que entre un posible sustituto, mientras sigue apropiándose de todos los cofres…
Un grave error que empaña completamente una experiencia que de otra forma sería uno de los grandes aciertos del juego.
PvP, la otra experiencia
Para terminar, no podemos dejar de mencionar la variante PvP de The Elder Scrolls Online, porque no sólo es una de las novedades más interesantes que incorpora, es que puede llegar a ser una experiencia tan divertida como el juego principal.
Este modo consiste en una batalla a gran escala en el centro del mapa general de Tamriel, en la región deCyrodiil. Cuando decimos a gran escala, nos referimos a un mapa de un tamaño descomunal en el que sólo avanzar desde un extremo hasta el centro nos puede llevar un buen rato.
El objetivo consiste en el control de puntos clave del mapa como granjas y aserraderos para mantener un buenflujo de recursos para nuestra facción, o fortalezas que sirven de puestos avanzados para mantener la presión sobre las facciones enemigas que se verán forzadas a retomarlas si no quieren perder el control de un área del mapa.
Este entorno PvP tiene sus propios quests, que pueden ser recabar información, eliminar una cierta cantidad de enemigos o tomar un punto estratégico del mapa. A diferencia de las misiones del modo principal, las recompensas otorgan Puntos de Alianza, que permiten obtener algunos elementos específicos para este modo, entre ellos, uno de los más divertidos: las armas de asedio.
Catapultas, fundíbulos o arietes juegan un papel crítico en la toma de las fortalezas para poder derribar muros y puertas, algo que los convierte en objetivos prioritarios para el enemigo, por lo que su defensa suele ser crucial.
Es un modo de juego directo y sin excesivas complicaciones, pero adictivo, especialmente divertido y que fomenta el trabajo en grupo, un añadido muy de agradecer.
Conclusiones
The Elder Scrolls Online es un gran MMO con algunos puntos fuertes indiscutibles como el universo en el que se basa, la riqueza de su mundo y todos los detalles que componen la historia de Tamriel. Cuenta con un sistema de progresión sublime y una cantidad de opciones jugables que garantizan un alto nivel de adicción a largo plazo.
Sin embargo, se ha quedado lejos de ser la gran obra maestra que muchos esperaban. La necesidad de adaptar todo el encanto de entregas anteriores de la serie a un mundo donde albergar miles de jugadores le pasa factura tanto a nivel técnico como en la enorme cantidad de situaciones artificiales propias de este género. Elfestival de bugs, la falta de traducción y algunos errores de planteamiento hacen el resto.
Si eres un fan de la saga y dominas el inglés, probablemente sepas sacarle mucho partido y asegurarte muchashoras, días, semanas, e incluso meses de diversión, si además tienes amigos con los que juntarte, las excusas dejan de ser válidas, eso sí, si no cumples alguno de los requisitos, recomendamos precaución, porque hay un alto riesgo de sentirse defraudado.