Stick it to the Man! – Análisis Multiplataforma
Benditos sean los indies, puesto que gracias a ellos muchos de los usuarios que ya andaban un tanto hartos de la acuciante falta de originalidad en los títulos Triple A de las grandes editoras han podido encontrar un jugoso balón de oxígeno, una exclusa de aire para sus inquietudes artísticas, musicales e incluso morales. Después de todo el hecho de tener mucho que ganar pero muy poco que perder les permite ser ingeniosos, hirientes, creativos e inclusive incomprensibles.
Cierto es que en el panorama de los juegos indies hay que hacer mucha, pero que mucha criba. No encontramos precisamente pocos títulos dignos de ser descartados en apenas un segundo, aunque por suerte siempre podemos disfrutar de aquella pequeña gran joya capaz de aportar frescura al monótono catálogo de nuestra consola o PC. Ahí están Limbo, Fez, Super Meat Boy, Deadlight, Hotline Miami y Resogun entre tantos otros, a los que se le suma este Stick it to the Man!, título que tras dar sus primeros pasos en PC, PS3 y PS Vita allá por el mes de noviembre del año pasado llega ahora a Playstation 4 y Wii U, siendo gratuito para los que posean una cuenta Playstation Plus para la next-gen de Sony.
Preparaos para todo un recital de humor bajo un acabado artístico capaz de recordar a lo mejorcito de títulos como Little Big Planet y Paper Mario. Demos la bienvenida a una delirante joya indie.
Argumento y jugabilidad: ¿Me sale un brazo espagueti de la cabeza?
Nada más iniciar Stick it to the Man! podemos darnos cuenta de que no estamos precisamente ante una obra de lo más normal y corriente gracias a su curiosísimo apartado artístico y a la propia canción del menú principal, una Just Dropped In (To See What Condition My Condition Was In) de Kenny Rogers que inevitablemente se instalará en lo más profundo de tu cabeza durante días. E aquí la primera prueba de lo que quieren lograr desde Zoink!, llamar tu atención desde el primer minuto para sumergirte en un mundo tan original como absurdo.
La acción nos pondrá en la piel de Ray Doewood, un tipo normal y corriente sin grandes aspiraciones y bastante mala suerte que verá como su monótona vida pega un giro de 180º por el azar del destino: un avión supersecreto del gobierno se desploma del cielo durante una tormenta (cosas de estar hecho de papel para evitar a los radares...) cayendo sobre su cabeza, con tal mala suerte que del interior de la caja que transportaba sale una especie de alienígena que decide vivir dentro de su cuerpo.
Tras despertar terriblemente aterrado por lo sucedido Ray descubrirá que ahora cuenta con unos superpoderes de lo más peculiares: un brazo espagueti similar a un chicle que sale de su cabeza y que sólo él puede ver y la capacidad para leer la mente de la gente que le rodea. Como veis no es un argumento de lo más normal, y por supuesto nuestro pobre Ray se sentirá tan perdido al comienzo de la aventura como nosotros mismos, haciéndonos sentir unos auténticos pardillos al situarnos en su piel. No entenderemos lo que ocurre, buscaremos un psicólogo que nos trate como al loco que somos, aunque finalmente le cogeremos el gusto a esto de tener poderes sobrenaturales como todo buen superhéroe de la factoría Marvel, sólo que más bien al estilo Bob Esponja, con menos glamour.
Pese a ofrecer unos entornos planos al estilo 2D de los de toda la vida, la jugabilidad ira mucho más allá de saltar de una plataforma a otra, cosa que quedará relegada a un segundo plano. Lo primero será sortear toda una serie de puzles y enigmas gracias a nuestros nuevos poderes, teniendo que interactuar tanto con ciertos elementos de unos ricos escenarios construidos con cartón y pegatinas como con el resto de los inverosímiles personajes que los pueblan, consiguiendo que avanzar sea algo más que un mero paseíto por el campo para tener que tirar un poco más de lo normal de coco, aunque sin agotar ni resultar imposible para los jugadores.
La progresión de la dificultad está por tanto bastante cuidada, resultando accesible y llevadera para los novatos sin aburrir a los más jugones gracias a que el encanto que desprende cada uno de sus apartados hace que nos olvidemos del hecho de encontrarnos o no ante un auténtico reto capaz de exprimir nuestro cerebro. Por supuesto hay que pensar y permanecer atentos a los diálogos de los personajes (tanto los hablados como sus monólogos internos) a fin de deducir nuestro siguiente movimiento, así como ciertas partes plataformeras en las que tendremos que eludir a ciertos matones cansinos servirán para exigirnos cierta habilidad a los mandos, aunque como decimos sin excesos.
Navegar por estos escenarios tan ricos haciendo uso de nuestros poderes para escuchar los pensamientos de los distintos personajes, los cuales captaremos a través del altavoz del DualShock 4 en el caso de Playstation 4, resulta sencillamente tan original como divertido, ya que el sarcasmo y lo absurdo empaña cada una de las frases que escriben el guion del juego. Por otro lado las partes en las que tendremos que ir de un lado a otro interactuando con ciertos elementos del mapeado con nuestro brazo espagueti o incluso convirtiendo los pensamientos de los personajes en pegatinas que después podremos usar a nuestro favor, son sencillamente la guinda del pastel.
Apartado gráfico y artístico: La magia de cortar y pegar.
Como decimos, el apartado artístico de Stick it to the Man! es sencillamente brillante. Puede que el estilo de dibujado de los personajes no convenza a todo el mundo, pero esto no es más que una mera cuestión de gustos, ya que el talento puesto en plasmar cada detalle de su apartado visual habla por sí mismo siendo una auténtica demostración de mimo y pasión por el trabajo bien hecho. En las versiones de Playstation 4 y PC por ejemplo destaca la nitidez de imagen, así como su fluidez, aunque sencillamente no hemos encontrado problema alguno ni siquiera en su conversión a la portátil Playstation Vita.
El apartado sonoro destaca con unas llamativas voces en inglés perfectamente subtituladas al castellano y unas melodías capaces de acompañar con gracia cada uno de los niveles, por lo que sencillamente no tenemos pega alguna que ponerle en este campo más allá de la falta de voces en castellano, aunque gracias a lo cómico y facilón de sus diálogos tampoco las echaremos demasiado en falta.
Por otro lado contamos con la opción de adelantar tanto los diálogos como las voces de los pensamientos usando una especie de rebobine, lo que nos permitirá disfrutar de una acción más fluida cada vez que tengamos que volver a hablar con un personaje por habernos saltado por alto algún detalle.
Conclusión: Tragedias que dan risa.
En definitiva no podemos decir que Stick it to the Man! sea la creación independiente más rimbombante, llamativa o rompedora que hayamos visto antes. Sin embargo resulta un título sumamente fresco, curioso y gratificante de jugar gracias tanto a su delirante y cuidado apartado artístico como a un desbordante sentido del humor que empaña todos y cada uno de sus apartados.
A nivel jugable ofrece una propuesta accesible y divertida sin caer en la monotonía, aunque bien es cierto que dado lo absurdo de su propuesta quizás podría haber ido un poco más allá ofreciendo alguna que otra mecánica aún más original. No rompe demasiados moldes ni reinventa la rueda, pero la oferta que presenta al jugador resulta tan funcional como bien definida resultando evidente que todo encaja como debe encajar en un videojuego. Le falta eso sí una duración algo mayor para redondear la jugada.