¿A quién no le gustaría poder decirle a Microsoft aquello de ‘¡Te lo dije!’? Está claro que tanto la crítica especializada como los foreros, los estudios de desarrollo, las editoras, los analistas y la gran mayoría de los usuarios teníamos razón: Xbox One vendería muchas más unidades si se deshacía de Kinect, un periférico incluido de serie junto a la consola por decisión de un Don Mattrick que ya ni siquiera forma parte de la compañía.
Por fin este mismo mes de mayo los de Redmond decidieron anunciar para alegría de todos que a partir del 9 de junio comenzarían a vender su nueva consola sin Kinect, lo cual implica una rebaja de 100 euros en su precio oficial, permitiendo que pueda competir de tú a tú con Playstation 4. Ahora sólo quedaba que los futuros usuarios reaccionasen a esta noticia, algo que acaba de confirmar la cadena de tiendas GameStop:
“Lo que vemos en nuestras tiendas es que se ha disparado la demanda como resultado de la reducción del precio. La buena noticia es que a medida que vendamos más consolas habrá más usuarios preparados para recibir juegos”.
Vamos, que como ya comentó por ahí un desarrollador, “ahora sí que da comienzo la carrera por la nueva generación”.