Es una ley no escrita que en cuanto un producto tecnológico llegue a las tiendas sus responsables se pongan a trabajar en el acto en el que será su sucesor, por mucho que ello pueda escocer a todos aquellos que han bajado corriendo como locos a la tienda más próxima a gastarse sus ahorros en un cacharro que teóricamente es lo más de lo más.
Ocurre de forma completamente descarada con los smartphones y las tabletas, igual que ocurre con las tarjetas gráficas y, como no podía ser de otra manera, con las videoconsolas, aunque por suerte estas suelen contar con un ciclo de vida más largo que no permite saborearlas antes de ser desbancadas por sus sucesoras.
El caso es que era de esperar que nada más lanzar PS4 y Xbox One tanto Sony como Microsoft comenzasen a realizar los primeros bocetos de esas supuestas PS5 y Xbox Two (por ejemplo) que dentro de seis o siete años deberían empezar a dar guerra. Y en ese sentido los de Redmond ya están contratando nuevo personal, no vaya a ser que se les pase el arroz:
“Buscamos profesionales que nos ayuden a crear la nueva generación de hardware de entretenimiento de Microsoft”.
Lo pueden decir más alto, pero más claro...