Si ROMA es la película americana del año 2018, Cold War es la gran película europea. Kore-eda le arrebató la Palma de Oro en el Festival de Cannes, pero esta noche la Academia del Cine Europeo ha hecho justicia en Sevilla. No solo otorgando a la película de Pawel Pawlikowski el galardón a la Mejor Película del continente, sino dándole además otro carro de reconocimientos: el de Mejor Director y Mejor Guionista para el propio cineasta, el de Mejor Actriz para Joanna Kulig y el de Mejor Montaje para JarosÅaw KamiÅski. Y ya le ocurrió algo parecido hace un lustro con Ida. Es, de nuevo, un drama en blanco y negro profundamente polaco, que habla del Universo al hacerlo del corazón de Europa. Un emocionado Pawlikowski decía al recoger uno de sus premios que “esta academia tiene muchísimo sentido. Ver cómo Carmen Maura personifica el caos europeo...”. Al caos lingüístico de Maura llegaremos un poco más abajo.
Porque esta noche, en su edición número 31, la Academia del Cine Europeo ha entregado tres premios honoríficos. A los dos que regularmente se reparten cada año, se ha añadido un premio especial, uno que solo se ha entregado en cuatro ocasiones además de esta. La EFA reconoce el trabajo del cineasta griego Costa-Gavras. Wim Wenders, el presidente de la institución, ha recordado que “su trabajo inspira a todos los que quieren cambiar el mundo”; el homenajeado, a su vez, ha dado las gracias a Wenders “por la academia, que es un ejemplo de lo que Europa debería ser”. Después, más avanzada la ceremonia, y deshecha en lágrimas, y mezclando inglés, francés y español -“esto no me había pasado nunca”- ha recogido su trofeo a toda una carrera la actriz española Carmen Maura. “Me encanta ser una actriz europea”, ha afirmado después de recordar a las actrices que empiezan que no se preocupen por su cuerpo. Al final de la ceremonia recogía su premio Ralph Fiennes: “¿Qué es considerarse europeo? ¿Puedo ser inglés y europeo? Entusiásticamente, sí. Eso es lo que siento”.
La alegría de España, en la animación
La alegría de España, en la animaciónLa alegría para España ha llegado en la categoría de Mejor Película Europea de Animación. La coproducción hispano-polaca Un día más con vida, que fue estrenada fuera de concurso en la sección oficial de Cannes y acaba de ganar el festival Ópera Prima de Tudela, se ha hecho con el galardón. Su codirector, el español Raúl de la Fuente, que cuenta las peripecias del periodista Ryszard Kapuscinski en la Guerra de Angola, ha proferido un característico “no necesitamos más guerras”. Los EFA entregan también un galardón al descubrimiento del año. Es el Discovery Award, denominado también 'Prix FIPRESCI', porque lo apadrinan los críticos.
En esta edición ha sido para la película belga Girl, del debutante Lukas Dhont, que desde su paso por el Festival de Cannes ha conseguido colocar esta historia de una adolescente transgénero en los festivales de todo el mundo. El Mejor Cortometraje Europeo ha sido The Years. El Mejor Documental, el sueco Bergman, su gran año. El premio al Mejor Actor Europeo ha sido para el italiano Marcello Fonte, de la infravalorada Dogman, presentada por Matteo Garrone en el último Festival de Cannes [allí Fonte también se hizo con el galardón]. En un año difícil para sobresalir en el campo del cine de autor, el intérprete da vida a un hombre normal que toma la violencia por su mano al atravesar una crisis. La Mejor Comedia ha sido La muerte de Stalin, de Armando Ianucci, que ha bromeado sobre Rusia y su espionaje... “Ahora todos estáis en la lista”.
Ha sido una gala, como siempre, reivindicativa. No solo de la diversidad lingüística y cultural del continente, sino de los artistas e intelectuales víctimas de la prisión y la censura en Europa, como los directores Oleg Sentsov y Kirill Serebrennikov. “Amigos y colegas están entrando en prisión. La censura de Estado intenta asustar a los artistas y conducirlos a la autocensura. Hablemos alto por quienes pierden su voz”, ha dicho Agniezska Holland, la directora de la Academia del Cine Europeo. Y ha sido una gala muy musical. Por la importante presencia del flamenco... e incluso de las canciones pop, interpretadas con gracia por un dúo cómico impagable: el de Rossy de Palma y Carlos Areces.