Juan A. Bayona: “No tengo psicólogo porque quiero seguir haciendo películas”

La confesión saltó de forma espontánea, en medio de un encuentro de Juan Antonio Bayona con un grupo reducido de periodistas. Se le preguntó por el vínculo entre madres e hijos que se puede apreciar en sus tres películas, y la respuesta, sin ningún desperdicio, comenzaba así: “En las tres películas que he hecho hay una catarsis, y eso habría que preguntárselo a mi psicólogo”. “¿Pero tienes psicólogo?”, repreguntaba ágil nuestra compañera Olga Pereda, de El Periódico de Cataluña. “No, ahora no”, decía sonriendo. “Ahora no, porque no quiero dejar de hacer películas como estas, prefiero que no me cure”. Una afirmación aparentemente ligera que esconde toda una reflexión psicológica sobre el cine de uno de nuestros directores más internacionales. Porque en Un monstruo viene a verme, que se estrena mañana, habita una inquietud que duerme en lo más profundo de la cabeza de Bayona: ¿qué efecto tienen en nosotros... las historias?

“Sergio G. Sánchez [su guionista de cabecera] estaba obsesionado con el libro, mi agente también, así que lo leí. Y yo en ese momento estaba leyendo mucho sobre el significado de las historias, así que me apeteció mucho meterme en esta”, contaba. Un monstruo viene a verme es la historia de Conor [Lewis MacDougall], un niño que convoca a un monstruo cada noche, y ese monstruo [su voz es la de Liam Neeson] le enseñará a lidiar con su abuela [Sigourney Weaver] y sobre todo con la enfermedad de su madre [Felicity Jones]. “Lo que más me gusta del libro de Patrick Ness es el retrato del mundo de los niños. Era un reto contar esta historia desde los ojos de un niño que no se entera de lo que pasa, siempre mirando a través de las puertas y las ventanas”, describía Bayona, que ha mezclado acción real y animación en su tercera película.

El cáncer y cómo el niño se enfrenta a esa cruda realidad desemboca en la segunda obsesión de Bayona presente en la cinta: “A mí lo que me interesa es la idea de la verdad. En Lo imposible estaba presente porque los personajes no podían mentirse, la mentira no te ayudaba a sobrevivir. En este caso hay una enfermedad que sirve como cuenta atrás, que te va poniendo ante la idea de que tienes que contar la verdad. En el momento en que yo decido que el niño dibuja... enfrentas al mundo misterioso del arte contra el mundo racional y matemático de la abuela. Ahí se provoca la catarsis, no hay que tener miedo a que se llore en el cine, a que el cine remueva”. Y continuaba con la reflexión. “Y yo lloro con Masterchef, me parece algo terapéutico, pero no me parece que sea el objetivo de la película. Es el poso que te deja”.

Llegan los dinosaurios

Llegan los dinosauriosAcabada su trilogía involuntaria, Bayona está ya de lleno trabajando en la secuela de Jurassic World a las órdenes de Steven Spielberg. “Tengo proyectos que vuelven a hablar del mismo tema, pero ya te pide el cuerpo hablar de otras cosas. Ahora estoy con una de dinosaurios, que me apetece muchísimo. Por hacer una cosa más ligera, mucho menos autoconsciente. Vamos a pasarlo bien”. Y eso a pesar del control de Spielberg, que para el director catalán no es en absoluto un obstáculo. “Vamos a intentar pasárnoslo bien”, matizaba. “Pero tengo de jefe a Spielberg, eso es un lujo. Crecí viendo películas de Spielberg, y tenerlo como jefe es algo que me apetece mucho. Tiene que haber algo que te haga sentir inseguro, que sea un reto. Esta es la primera película que hago en Hollywood. Vamos a ver qué significa”.