Lady Gaga quiere más

Janina Pérez Arias

Venecia —

En la cultura pop abundan los productos de consumo de fácil digestión, y por ende de inmediato olvido, pero de vez en cuando aparece algún artista que logra destacar por su indudable talento, y por diferenciarse del montón. Madonna lo hizo en los 80, Lady Gaga hace apenas una década. Ella no solamente le dio un memorable revolcón al panorama pop, sino que también se alojó en el mapa de la memoria colectiva. Y como si de un videojuego se tratase, se dispone a pasar al próximo nivel. Es que Stefani Germanotta (su nombre real) quiere más, busca expandirse, reinventarse, dar un paso aún más firme como actriz después de haber sido celebrada y premiada con un Globo de Oro por su participación en la serie de televisión American Horror Story.

A Star is Born, presentada fuera de concurso en la Mostra de Venecia, es una magnífica oportunidad para ello. En el debut en la dirección del actor Bradley Cooper se narra el romance entre la estrella de rock Jackson Maine [interpretado por Cooper] y Ally [Gaga], una mujer de gran talento musical con una autoestima en números rojos. Jackson impulsa a Ally a mostrar lo que vale, y mientras Maine se hunde en el alcoholismo y la adicción a los medicamentos, Ally comienza a despuntar en la industria de la música. A Lady Gaga ya no le basta transformarse físicamente, escandalizar, como tampoco parece ser suficiente su recién inaugurado show en Las Vegas. “Es una artista pura”, describía Bradley Cooper a su coprotagonista en el encuentro con la prensa internacional en Venecia.

Cuenta Cooper que hace aproximadamente cuatro años le empezó a rondar por la cabeza la idea de este filme, cuando la banda de rock Metallica le invitó a uno de sus conciertos, que vio entre bambalinas; aunque reconoce que también es un homenaje a la cinta homónima de 1937 protagonizada por Janet Gaynor y dirigida por William A. Wellman, a la cual le siguieron dos versiones más, la de 1954 con Judy Garland, y la de 1976 con Barbra Streisand y Kris Kristofferson. En nuestros tiempos, cuando se hace más evidente la fábrica de churros en la que se ha convertido una gran parte de la industria musical, esta historia tiene aún más vigencia. El cruel juego de “vamos a hacerte un producto de consumo masivo”... Lady Gaga lo conoce muy bien.

Gaga es mejor actriz que Madonna, de eso no cabe la menor duda; logra en A Star is Born una interpretación notable, asume su rol con una pasmosa naturalidad, y aunque no faltará quien diga que nada le habrá costado debido a la similitud de su historia personal con la de Ally, se nota un honesto y firme trabajo de dirección actoral. A Star is Born es una muy digna opera prima; eriza la piel cuando Gaga y Cooper cantan, logran convencer, hasta el punto de quedarnos prendados de la química entre ambos. Este filme reúne todos los ingredientes necesarios para meterse en el bolsillo a los espectadores, y no hay que ser un visionario para estar seguro de que así será.