Cada Domingo de Resurrección, el municipio riojano de Alfaro amanece lleno de monigotes y figuras colgando por sus calles. Son los “Judas”, unos monigotes artesanales de papel y paja que representan diferentes personajes de la actualidad y que se queman para que el fuego se lleve lo malo. Son críticas mordaces y satíricas en una tradición que tiene más de 100 años y que ha iniciado los trámites para ser Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Los Judas de Alfaro recogen la historia del Nuevo Testamento, que cuenta que Judas Iscariote traicionó a Jesús de Nazaret por treinta monedas de plata. En Alfaro, la tradición empezó representando al apóstol en cada barrio en forma de pelele que elaboraba el vecindario con trapos y paja. Poco a poco, cada barrio empezó a representar sus propios “Judas”, representaciones de personas o situaciones que consideraban que habían hecho algo mal y que tenían que arder en el “fuego purificador”.
La tradición ha ido creciendo y este Domingo de Resurrección serán más de 160 judas los que colgarán de las calles de Alfaro. “Una pequeña tradición de barrio se ha convertido en una gran tradición de todo un pueblo”, aplaude Leyre Marcilla, concejala de la localidad. La técnica ha evolucionado mucho con los años y lejos han quedado aquellos peleles de trapos, ahora se realizan figuras a todo detalle con papel, cola y telas que requieren meses de trabajo.
Mari Carmen es una de las voluntarias y, en su caso, sus Judas mantienen todavía el espíritu de barrio. “Desde septiembre, metidos en el taller”, apunta sobre el comienzo de los preparativos, que supone un trabajo diario y durante muchas horas pero muy bien organizado. “Empezamos haciendo manos, cabezas, la estructura del cuerpo...”, para después decidir de qué o quién tomará rasgos. Algunos años todos los Judas siguen una temática, como el año pasado, que fue Madrid y llegaron a representar incluso la Puerta del Sol. Este año, la elección de los que arderán ha sido libre y se decide entre todos los voluntarios. Aunque habrá que esperar al domingo, Mari Carmen avanza que el medio ambiente y los problemas que atraviesa estarán presentes.
La mayoría de las personas que están detrás de la confección de las figuras, tal y como cuenta Mari Carmen, son personas jubiladas, ya que requieren mucho tiempo. Por eso, teme esta voluntaria el relevo generacional y el futuro de la fiesta. Leyre Marcilla, por su parte, es optimista y confía en que sí haya futuro porque se trata de una tradición muy arraigada. “Es muy de nuestras raíces y nadie quiere que se pierda”.
La chispa de los Judas es esa crítica satírica que les acompaña. “Nos metemos, pero sin hacer mucho daño”, apunta Mari Carmen. “Hay que tener humor y ver la tradición desde el humor”, añade la concejala Leyre Marcilla. Incluso eso está cuidado en Alfaro, a muchos Judas les acompaña una pequeña poesía que explica el motivo de mandar a ese Judas a arder. Pocos políticos nacionales y locales se libran del fuego aunque, puntualiza la concejala, “hay críticas por lo que han hecho o por lo que no han hecho y no siempre es por algo malo”.
La quema de Judas es una tradición que se repite en otras localidades riojanas y de todo el país, aunque, según aseguran desde el Ayuntamiento de Alfaro, en ninguna alcanza el nivel y la magnitud de este pueblo de La Rioja Baja. Por ello, han iniciado los trámites para ser reconocida como Fiesta de Interés Turístico Nacional. Desde 2005 lo es de carácter regional, pero ahora quieren dar un paso más. Ya han enviado una memoria al Gobierno de La Rioja para que eleve la solicitud y han creado una página web y redes sociales, que son otros requisitos, además del de tener más de cinco años de antigüedad, que lo superan con creces.
Los voluntarios esperan con ilusión al domingo, algo preocupados porque el tiempo les respete, e invitan a todo el mundo a acercarse a disfrutar de esta fiesta. Más de 160 judas colgarán por todo el pueblo desde el sábado por la tarde con mensajes ácidos a la espera de que el fuego los consuma y haga brillar una tradición única.
