Todavía 2.400 millones de personas no cuentan con acceso a baños dignos ni gestionan sus aguas residuales, pese a los avances dados en los últimos años. Así lo ha detallado la Agencia Española de Cooperación (AECID) con motivo del Día Mundial del Retrete.
Sin embargo, el punto seis de los Objetivos de Desarrollo Sostenible busca la universalidad del servicio de saneamiento y el fin de la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y a las personas en situaciones vulnerables.
En este punto, AECID ha recordado que la Asamblea General de Naciones Unidas gracias a una iniciativa promovida por España y Alemania, en su declaración 64/292 en julio de 2010, estableció el saneamiento como un derecho humano básico.
Además, según Naciones Unidas, cada año se pierden aproximadamente unos 220.000 millones de euros (260.000 millones de dólares) en todo el mundo a causa de las repercusiones en la economía de un saneamiento inadecuado y del agua insalubre, especialmente en la atención de la salud.
Fondo de cooperación para agua y saneamiento
La Cooperación Española cuenta con un instrumento específico para promover el derecho al saneamiento en América Latina, el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento, que prioriza las zonas más desfavorecidas y marginadas. Hasta la fecha ha desembolsado 790 millones de euros en donaciones que, junto a los aportes locales de los programas, conforman una cartera de 1.600 millones de euros.
Las intervenciones del fondo hacen una apuesta por respetar el ciclo integral del agua, y promueven la gestión por cuencas hidrográficas. Asimismo, en los últimos años ha promovido el servicio a sistemas de alcantarillado en las localidades rurales y periurbanas.
La provisión de agua y de saneamiento se hace a través de tecnologías adaptadas (adecuadas a los contextos, sostenibles, con bajo coste de mantenimiento). En este sentido, el fondo viene apostando en los últimos años por los sistemas de alcantarillado sanitario condominial, un modelo que integra tecnología, bajo coste y participación comunitaria para producir soluciones de saneamiento económicas, adaptadas y de calidad.
El componente de apoyo a políticas públicas de los gobiernos de América Latina es otro de los pilares del trabajo en agua y saneamiento. En los últimos años España apoya la creación de planes nacionales en República Dominicana, Bolivia o El Salvador, planes de saneamiento de cuencas en Paraguay y Guatemala o planes directores en áreas metropolitanas como Tegucigalpa.
También contribuye a la gobernanza en abastecimiento y saneamiento de agua en diversas ciudades de América Latina y el Caribe. En muchos de los países los esfuerzos se encaminan también a la adaptación de la normativa y en la capacitación de sus cuadros técnicos y directivos y el apoyo a las organizaciones comunitarias del agua y el saneamiento.