La portada de mañana
Acceder
Puigdemont estira la cuerda pero no rompe con Sánchez
El impacto del cambio de régimen en Siria respaldado por EEUU, Israel y Turquía
OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

A la caza de la huella genética

Rioja2

0

Por primera vez, la huella genética (una técnica también conocida por su nombre en inglés, ‘fingerprinting’, de huella dactilar) ha servido para identificar embriones viables antes de llevarse a cabo la fertilización 'in vitro' (FIV). El hallazgo puede servir para mejorar las tasas de embarazo y también para evitar gestaciones múltiples.

Un equipo de investigadores del campo de la fertilidad ha recurrido a la huella genética para identificar los embriones implantados después de un procedimiento de fertilización ‘in vitro’, que han sido los que han resultado en partos de niños sanos. El procedimiento, combinado con la obtención de muestras de los embriones antes del implante, abre la posibilidad de apuntar un grupo de genes útiles para identificar aquellos con mayores probabilidades de anidar y acabar en el nacimiento de niños sanos. Sus resultados se han dado a conocer en la edición avanzada de la revista científica ‘Human Reproduction’ en internet.

Antes de implantar los embriones en una paciente, la decisión sobre cuántos y cuáles de los obtenidos se incluirán en el procedimiento suela adoptarse de manera básicamente intuitiva, a partir de la morfología de las células. De ahí también la necesidad de hacer el intento con varios embriones y la consiguiente tasa de embarazos múltiples en pacientes sometidas a FIV.

Uno de los autores del trabajo, David Cram, de la Universidad Monash (Australia) aclara que “la huella genética es la más reciente forma de identificación biológica, pero hasta ahora no se había empleado para identificar el origen de los niños sanos que nacen después de una transferencia de embriones, ni se ha aplicado a estudios de expresión genética. El equipo ha aportado una nueva estrategia para utilizar la biopsia de blastocistos, la huella de ADN y el 'microarray'. Combinando las tres pruebas, se puede identificar los blastocistos viables entre todos los que se van a transferir. Su objetivo último, según él mismo ha explicado es ”averiguar qué genes se expresan en los embriones viables“.