El festival de música Aquamarina, celebrado el pasado 5 de julio al noreste de Moscú, terminó en un auténtico drama para al menos 32 de sus asistentes. Habían acudido a divertirse, pero las quemaduras provocadas en sus retinas por uno de los láser utilizados durante uno de los conciertos les han dejado sin vista parcialmente y en el algunos casos casi les ha cegado por completo. El periódico 'Kommersant' informó del incidente citando fuentes médicas, que confirmaron que todos los heridos “tienen sus retinas quemadas, y las cicatrices son visibles”. “La pérdida de vista en algunos casos individuales alcanza el 80%”, lamentó un oftalmólogo.
Se han confirmado casos repartidos en distintos centros médicos, a los que acudieron progresivamente los afectados, después de que las repercusiones de unos de los rayos que habitualmente apuntan al cielo se mantuviesen durante días. En cuanto la luz se proyectó sobre los asistentes que en ese momento se encontraban en la carpa, “vi una mancha como cuando miras hacia el sol”, aseguró uno de los heridos, que decidió acudir al hospital tres días después. Allí, y tras haberse registrado los primeros casos, una de las primeras preguntas realizadas por los facultativos fue precisamente si había acudido al festival.
Ahora, los médicos trabajan con los pacientes para devolver al menos parte de la visión perdida, ya que como aseguró el oftalmólogo consultado por el rotativo ruso, la recuperación total “es ya imposible”. Además, a los habituales efectos del láser al proyectarse sobre los ojos se añadió la incidencia de la lluvia, que amplificó las consecuencias. Entretanto, los promotores del festival 'dance' guardan silencio y no han aclarado el suceso, aparentemente causado por los técnicos.