Abás anuncia en Ramala: “Ha llegado la primavera palestina”

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El presidente palestino, Mahmud Abás, fue recibido hoy como un héroe a su regreso a Ramala tras pedir el reconocimiento de un Estado independiente en la ONU y anunció ante la multitud que “ha llegado la primavera palestina”.

“Hay una primavera árabe, pero también ha llegado la primavera palestina. Una primavera de resistencia popular y pacífica para conseguir nuestros objetivos”, manifestó Abás poco después de llegar en vehículo a la Muqata, sede de su Gobierno en Ramala, procedente de la capital jordana, Ammán, donde aterrizó la noche del sábado.

Miles de palestinos se concentraban desde el mediodía en esta ciudad cisjordana para recibir con todos los honores al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ondeando banderas palestinas y coreando consignas a favor de su líder, que ha recibido tras su discurso ante la Asamblea General de la ONU el viernes pasado un verdadero baño de carisma.

La alocución de Abás se produjo después haber presentado formalmente en Nueva York al secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, la solicitud para la adhesión de Palestina como Estado miembro de pleno derecho de la organización.

Tras depositar una ofrenda floral ante la tumba del histórico líder palestino y predecesor suyo Yaser Arafat, que se encuentra en el mismo complejo gubernamental, Abás se dirigió a los miles de seguidores concentrados para expresarles que el discurso ante el plenario de la ONU lo hizo en nombre del pueblo palestino.

Fui a Naciones Unidas llevando vuestras esperanzas, sueños, ambiciones, dolor y vuestra visión de futuro y vuestra necesidad de un Estado palestino. No dudéis por un momento que todo el mundo ha escuchado vuestra historia, vuestro dolor, vuestra lucha y vuestras aspiraciones con honor y con respeto”, declaró, acompañado de varios dirigentes, entre ellos el primer ministro de la ANP, Salam Fayad.

Sindicatos locales, el partido nacionalista Al-Fatah, y promotores de la campaña a favor de la inclusión de Palestina como Estado miembro de la ONU habían convocado a la población para que viajara a Ramala con el objeto de recibir por todo lo alto a Abás.

Numerosos autobuses llegados de diferentes puntos de Cisjordania se desplazaron a esta ciudad para la ocasión. Tras el júbilo expresado el viernes por millares de palestinos que siguieron en directo su discurso en pantallas gigantes en Ramala, Abás pudo recibir hoy el calor de sus conciudadanos con quienes se mostró exultante y satisfecho.

Numerosos palestinos valoraron no sólo las palabras y la iniciativa de Abás en busca de reconocimiento internacional, sino lo que consideran la estrategia de su líder de plantarle cara a EEUU e Israel, que han tratado de convencerle para que no siguiera adelante con su campaña en la ONU y regresara a la negociación.

Somos realistas y decimos que nuestro camino diplomático, global e internacional ha comenzado. El camino es todavía muy largo. Habrá quienes pongan obstáculos y rechacen la legitimidad y los derechos y se levanten contra nosotros, pero seremos más fuertes que todos para lograr nuestros derechos”, afirmó el presidente palestino.

El también dirigente de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) insistió una vez más en que los palestinos aspiran a alcanzar sus derechos “pacíficamente, con medios pacíficos a través de negociaciones, pero no en cualquier negociación: Queremos un cese completo de los asentamientos (judíos en territorio palestino)”.

Abás tiene previsto reunirse hoy con el liderazgo palestino para estudiar la propuesta que el Cuarteto de Paz para Oriente Medio (EEUU, Rusia, la ONU y la UE) presentó el viernes en Nueva York a fin de impulsar la reanudación de las negociaciones de paz.

La iniciativa establece que en un mes deberá haber una reunión preparatoria para fijar la agenda y el método de la negociación, que debe dar a luz un acuerdo antes del fin de 2012.

El ministro de Exteriores de la ANP, Riad al Malki, declaró ayer que la propuesta del Cuarteto “no satisface las expectativas (palestinas)”, puesto que no menciona las fronteras de 1967 ni la necesidad de frenar la construcción en los asentamientos judíos.