Según explican científicos de la Universidad de Londres en un reciente trabajo, al buscar alimento las abejas manifiestan patrones de conducta similares a los de los asesinos en serie a la caza de víctimas. Por ese motivo, estos himenópteros han servido a los expertos en el perfeccionamiento de técnicas de persecución de estos criminales. Los abejorros ayudan a trazar un 'perfil geográfico' para localizar al criminal.
Esta técnica, también conocida por sus siglas (PG), es muy común entre las organizaciones de fuerzas del orden de todo el mundo. Suele usarse para concretar los sospechosos más probables de asesinatos en serie, analizando la movilidad geográfica de los sujetos y determinando, a partir de ella, su posible lugar de residencia y los lugares en los que existe riesgo de que vuelva a actuar.
Investigadores de la Escuela de Ciencias Biológicas y Químicas Queen Mary de la Universidad de Londres, junto con Kim Rossmo -detective estadounidense considerado el 'padre' de esta técnica criminalística- han usado el perfil geográfico para estudiar los patrones de búsqueda de alimento de de los abejorros. Los científicos descubrieron que igual que los asesinos evitan atacar a sus víctimas en áreas cercanas a su hogar, los abejorros buscan comida en zonas alejadas de sus colmenas. Este PG es tan útil en el patrón de movimiento de los insectos -explican-, que ahora sus resultados se aplicarán a los casos humanos.