Este lunes ha comenzado el juicio con Jurado Popular por el Crimen del Profesor. Hay un hombre y una mujer acusados de asesinato y encubrimiento, respectivamente, por la muerte del profesor jubilado encontrado muerto en su vivienda de Logroño en febrero de 2020. Presuntamente, los dos acusados perpetraron un plan para coaccionarlo y evitar así un juicio por una estafa que culminó con la muerte del docente.
Ese día, según el escrito del Fiscal, el acusado acudió a la vivienda de la víctima -situada en la calle Pepe Blanco- para hablar con él y evitar el proceso judicial que el docente tenía con la otra procesada por temas económicos. Una vez en su domicilio, el procesado intentó coaccionarle y tras discutir, le golpeó “con un objeto contundente” que acabó con su vida. Tras los hechos, el hombre acusado “desapareció de Logroño” y fue encontrado en Italia. Destaca el Fiscal que la tarde de los hechos, “el acusado llamó a la procesada -que presuntamente estaba en Madrid- más de 40 veces”.
La acusada ha declarado este lunes ante el Juez que la víctima -un hombre de 73 años- “le entregó el dinero -unos 54.000 euros- de forma voluntaria porque él sabía que yo tenía un problema. Nunca le amenacé ni le presioné con nada”. Además ha asegurado: “Yo le quería muchísimo, le tenía mucho cariño porque lo que ha hecho por mí no lo ha hecho nunca nadie. Era mi padre, mi amigo, mi novio... a pesar de la diferencia de edad (ella tenía 35 años en el momento de los hechos, 18 de febrero de 2020). Yo me enamoré de él totalmente”. También ha lamentado que “me enteré de su muerte por las noticias. Y pasé mucha tristeza”.
Víctima acusado “no se conocían”
Ha explicado que lleva 20 años viviendo en España y conoció al otro acusado en el año 2016 con el que tenía una relación sentimental aunque, como ha reconocido, “también mantenía otras relaciones con otras personas”, como con el profesor jubilado a la vez. Aún así la procesada ha querido dejar claro ante el Juez que víctima y acusado “no se han conocido nunca”. “Yo nunca le hablé” al acusado “de mi relación” con el profesor “ni tampoco” sabía sobre la denuncia. “Jamás acudió a la casa del profesor. Nunca coincidieron juntos, yo nunca les presenté”, ha afirmado.
En su declaración, la procesada reconoce que conoció a la víctima a finales de 2017. “Yo trabajé limpiando su casa y después tuvimos una relación sentimental” que duró “unos seis meses”. “Sé que tenía familia, dos hijos, pero no tenían casi relación. Él se sentía muy solo y me decía que los hijos no le hacían caso”, ha indicado. Como ha reconocido “él se ofreció a darme dinero voluntariamente porque yo tenía un problema pero yo en ningún momento le pedí que me lo dejara” y le dije que “se lo iba a devolver”. Ha asegurado que recibió de la víctima “más de 50.000 euros” en total en diferentes pases.
También ha explicado que “durante esa relación” el profesor “me pidió que me casara con él porque se sentía muy solo, no tenía a nadie y yo le dije que no estaba decidida para eso. Le dije que eso no lo podía hacer y creo que se sintió engañado por eso, no por el dinero, yo le recordé que le iba a devolver el dinero cuando trabajara” aunque “me denunció” por estafa. La relación se terminó -según la acusada- porque “me pedía que me casara con él pero yo le dije que no, se enfadó y me denunció”.
Aún así -prosigue en su relato- a los días “le pedí que retirase la denuncia” y éste (la víctima) me dijo que “lo iba a hacer porque no quería hacerme daño” pero, según explica la acusada, el docente posteriormente “habló con su abogado de familia y le dijo que no retirara la denuncia”.
“Te juro que esto nos lo vamos a comer los dos”
El Fiscal también ha querido desvelar una llamada entre éste y la otra mujer acusada en el que el procesado le dijo: “Te lo juro que esto nos lo vamos a comer los dos. Me falta poco para ir ahí”.
Además, como ha indicado el Fiscal, el teléfono del acusado “estaba en las inmediaciones de donde vivía la víctima” el día de los hechos, algo que, para el acusado será, según ha dicho, “una trampa”. El Fiscal también ha relatado que, a pesar de que diga que no conozca a la víctima, “en el teléfono del docente asesinado había fotos del acusado”, algo que éste no ha sabido explicar
El acusado llamo a la otra procesada más de 45 veces el día de los hechos
La mujer acusada ha recordado también que la víspera de la muerte del docente -el 17 de febrero- habló con el acusado “durante unas tres horas”, tiempo al que le resta importancia porque “es algo que hacíamos muchas veces”. En esa ocasión, ha justificado la llamada indicando que “ese día hablamos tanto porque él se sentía muy triste porque le denegaron los papeles en España. Él se quería ir a Italia porque allí era más fácil obtener los papeles y podía tener trabajo y yo le pedí que no lo hiciera”. Por su parte, al día siguiente -día de los hechos- el acusado le llamó más de 45 veces porque -según ella- “estábamos enfadados”.
A preguntas del Fiscal, continúa, a los meses de los hechos “yo también me fui a Italia porque (el acusado) me dijo que igual podía trabajar allí también en agricultura”. Sobre la declaración “esto nos lo vamos a comer los dos” -que el Fiscal ha demostrado tras una grabación telefónica- ella dice que “no lo escuchó”. Finalmente, la acusada -que vivía en Logroño desde hacía unos cinco años- aseguró que “decidió marcharse a Madrid para no coincidir más” con el acusado porque “nuestra relación iba muy mal, siempre sentíamos celos y siempre discutíamos. Me fui para no verle más”.
Varias contradicciones en la declaración del acusado
Por su parte, el acusado ha valorado, sobre su relación con la procesada, que no éramos pareja. Pasábamos tiempo juntos. Nunca pensé tener una relación seria con ella“ y ha dicho que se conocían desde 2018. Sobre el profesor jubilado -ha dicho- ”no lo conozco, no sé quién es“. También ha querido dejar claro que ”no sabía“ que la acusada ”tuviera problemas con la justicia con la víctima, ni que le hubiera dejado dinero (unos 54.000 euros). Nunca me contó nada de eso, ni tampoco me dijo que fuera a hablar o a coaccionar con el docente“.
Además, sobre su viaje a Italia inmediatamente después de los hechos (el 20 de febrero) el acusado asegura que “sí se lo dijo a la acusada” algo que negó en su declaración inicial. Ha justificado ese viaje ante el Juez por varios motivos, en primer lugar, ha dicho: “Yo voy donde me manda el jefe a trabajar. No hay sitios fijos” pero, a lo largo de su declaración, también ha dicho que hizo el viaje “para arreglar papeles de nacionalidad”.
Previamente, las dos abogadas de las defensas han querido negar “expresamente” todos los hechos de los que se les acusa a estas dos personas por presuntamente acabar con la vida del profesor jubilado. Los procesados, en el momento de los hechos, tenían 30 años (hombre) y 35 años (mujer).