Arrancó la feria de Calahorra con poca gente en la grada, con toros de Ana Romero desigual de presentación y mal juego en líneas generales, pero de vergüenza sus astas, sólo tuvo toreabilidad el quinto. Un ganadero como es Lucas carrasco, con vitola torista es triste que los presente así, y yo si fuese él, me replantearía algo, la presentación al menos la pondría yo, y sobre todo que me aplaudan el no picarlos, ya que la suerte de varas es bella al menos para los hierros de renombre.
Juan Bautista en el primero no llega acoplarse con el capote, con la muleta toma precauciones e intentando sacarle pases de uno en uno. En su segundo más de lo mismo, acompañando la embestida. ¿Dónde está aquel torero que salió por la puerta grande de las Ventas, y tanto gustó?
Alberto Álvarez en su primero estuvo con ganas, salió de rodillas con una larga cambiada. Tras las banderillas lo intentó. Fue el toro más complicado porque se le quedaba debajo y le cortaba, pero dio todo. En su segundo, la faena de la tarde, se ha castigado en exceso con la vara, pero aprovechó y sacó su toreo con reposo y despacioso fallando a espadas, dando la vuelta al ruedo.
Esaú Fernández, en el tercero de la tarde, se puso de rodillas con larga cambiada, toreó con la muleta llegando pronto al graderío, pero no estuvo bien con la espada. En el que cerró plaza sacó pases de uno en uno y aquello no llegó a tomar vuelo. Tras la estocada, se turnaron entre el puntillero y el matador haber quien acababaantes con el animal.
Hicieron el paseíllo dos calagurritanos Javier Gil, que bregó los toros de Alberto, y “El Víctor” que le bregó el tercero y colocó garapullos al sexto en las filas de Esaú, quien le brindo el toro. La presidencia y el público se merecen un respeto y sobre todo por parte de los profesionales, no se puede injuriar al palco, lleven razón o no, vestido de alamares.