Alcídes se declara insiliado en Cuba

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escritor y periodista cubano Rafael Alcides ha afirmado hoy que pretende vivir en su país, si no le echan, porque ha tomado la decisión de ser “un insiliado” y tras ser “uno de los que ayudaron” en el origen de la revolución también “ver cómo acaba la película”.

Alcides (Barrancas. 1933) ha recogido hoy en Logroño el XVII Premio Literario Bodegas Olarra-Café Bretón por su obra “Memoria del porvenir”, una serie de crónicas periodísticas que reflejan “el deterioro de la vida en Cuba” en el último medio siglo y que, en su opinión “son una guía para quien quiera conocer cómo se vive allí”.

Este escritor cubano ha publicado libros de poesía, entre ellos “Himnos de Montaña” o “Agradecido como un perro”, pero en 1993 tomó la decisión de apartarse de la vida pública en Cuba “y desde entonces no voy ni al teatro, ni a actos literarios, ni publico allí”, ha asegurado.

Desde entonces publica fuera de Cuba y este mismo año van a ser editados cuatro de sus trabajos en España, “Libreta de viaje, 1962-2000”, “El anillo de Ciro”, “Un cuento de hadas que acaba mal” y “Memorias del porvenir” con el que ha ganado este premio.

Ha aclarado que él no es un perseguido político y “el ministro de Cultura de Cuba es mi amigo, siempre me pide que publique algo” pero “tomé la decisión personal de no participar, de mantenerme al margen, porque ese es modo de no colaborar sin dejar mi país”.

“No critico al que se va, pero yo no me concibo a mí mismo fuera de Cuba”, ha asegurado.

Alcides se ha reconocido a sí mismo como “partícipe de lo que ocurre en Cuba” porque “estuve en su nacimiento” y “ahora tengo que pagar mi penitencia” por lo que “si no me echan, seguiré allí”.

Defiende que “la literatura siempre es una forma de combate” aunque en su caso “y en el de muchos otros” ha optado “no participar en política”.

“A muchos de los escritores que se acusa de ser contemplativos con el Gobierno, lo que en realidad pasa es que si hacen determinadas cosas no las van a poder publicar”, ha explicado y ha subrayado que en su país “se cercena la libertad pública” aunque “está claro que un sistema que aguanta medio siglo hace algunas cosas bien, como el sistema sanitario o el educativo”.

Ha eludido pronosticar el futuro próximo de Cuba, aunque ha afirmado que las reformas anunciadas recientemente “son marketing” ya que “si quienes inventaron el sistema no mueren, nada cambiará” ya que “se mantiene su mística, su hechizo y su fatalismo” y por eso “solo Dios sabe qué pasará en el futuro”.

En cualquier caso “lo que tenemos ahora es un problema de los cubanos y la solución también está dentro de la isla” y “de momento, todo el mundo espera que llegue el día de mañana, pero no llega”.

Sobre todo ha lamentado el “involucionismo” que observa en el régimen cubano “que no se ha adaptado a los tiempos, como lo han hecho China o Vietnan” y eso “crea paradojas, como el que por la crisis económica se haya decidido que va a haber despidos en Cuba, algo que hasta ahora solo pasaba en el capitalismo”.

También ha aludido a las informaciones sobre la muerte de un disidente cubano tras recibir, supuestamente, una paliza y ha afirmado que “aunque me sorprenda, para mí los blogs en los que se ha dado la noticia van a misa”.

En cualquier caso, “he podido ver fotos de cómo era Logroño hace sesenta años y comprobar el gran avance que ha habido hasta hoy, y si esta ciudad puede, Cuba puede”, ha concluid