Las autoridades federales de Estados Unidos afirman que el biólogo Bruce Ivins, de 62 años, quien supuestamente se suicidó la semana pasada, es el único autor de los atentados con ántrax en 2001, según ha informado la cadena BBC.
Una investigación concluyó que el científico actuó solo al contaminar las cartas que mataron a cinco personas y afectaron a otras 17 en momentos en que la nación estaba conmocionada por los atentados del 11 de septiembre. “Estamos convencidos de que Ivins fue el único responsable de los ataques”, asegura el fiscal federal Jeffrey Taylor al presentar el trabajo que estuvo a cargo del FBI.
“Lamento no poder tener la oportunidad de presentar las pruebas ante el jurado”. Bautizada como “Amerithrax”, la investigación ha durado siete años, millones de dólares y el uso de nuevas tecnologías para identificar las esporas de ántrax que se usaron. Los expertos del FBI concluyeron que la correspondencia contaminada se envió desde el estado de Nueva Jersey a medios de comunicación en Nueva York y Florida y a legisladores demócratas en el Congreso.
Los sobres que se emplearon -dice el informe de 200 páginas- procedían del laboratorio del ejército en Fort Detrick (Maryland), donde trabajaba Ivins. Sólo Ivins tenía acceso al tipo de espora muy purificada y con pronunciadas mutaciones genéticas que se utilizó y que se guardaba en un termo catalogado RMR1029. Por otra parte, Ivins nunca ofreció “explicaciones convincentes” sobre las horas extras que trabajó en el laboratorio cuando se produjeron los hechos.
El móvil del biólogo para los ataques -dice la investigación- pudo haber sido la obtención de más fondos para desarrollar una vacuna contra el ántrax, causante del carbunclo, una enfermedad que afecta al ganado y puede transmitirse a los seres humanos. La divulgación del informe del FBI coincidió con el funeral en memoria del científico en Fort Detrick, quien según la Policía se habría quitado la vida con una sobredosis de fármacos.
La decisión -dice la Policía- la habría tomado poco después de enterarse que las autoridades iban a presentar cargos contra él como consecuencia de la investigación. Según la pesquisa, Ivins tenía problemas de depresión, abuso de alcohol y de somníferos además de haber manifestado ante sus compañeros que tenía la sensación de sufrir de personalidad múltiple.
El abogado de Ivins denunció que su cliente sufrió de “incansables acusaciones y persecuciones por parte de la policía” y que hubiera podido probar su inocencia ante un tribunal. Hasta el año pasado no era Ivins el principal sospechoso, sino su colega, el Dr. Steven Hatfill quien finalmente demandó al departamento de Justicia de Estados Unidos y ganó en junio una indemnización por 5,82 millones de dólares.