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Amigos de la Tierra busca financiación para un documental sobre el lobo

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Amigos de la Tierra busca financiación para divulgar la situación del lobo ibérico mediante un documental, 'El lobo en la frontera', que explicará la situación y ecología de la especie de ambas zonas. Por ello piden que los ciudadanos colaboren con este proyecto de micromecenazgo o crowdfunding. Se puede colaborar realizando donaciones desde 5 euros en esta web.

Como explican en un comunicado, el lobo ibérico ha estado presente en la práctica totalidad de la península ibérica hasta principios del pasado siglo XX. Sin embargo, “la persecución que ha sufrido en tiempos históricos ocasionó que desapareciera de prácticamente toda su área geográfica original, salvo de la fachada occidental ibérica, quedando recluido a finales del s. XX en su sector más noroccidental”.

La muerte de un lobo en una batida autorizada

Amigos de la Tierra detalla que, con la emigración a las ciudades y el abandono de ciertas actividades, cesó la persecución directa del lobo, con lo que, a finales del siglo XX, se produjo una recuperación paulatina de territorios perdidos hasta alcanzar casi 600 adultos reproductores distribuidos en 91.000 km2, según el último conteo nacional español, “muy lejos aún de magnitudes demográficas que aseguren su viabilidad a largo plazo como población”.

Sin embargo, denuncian que la presión sobre la especie en su área de distribución nororiental (en particular, en Álava y La Rioja) está impidiendo que el lobo se asiente desde hace más de 26 años, siendo zonas que actúan de sumideros de lobos procedentes de Castilla-León.

“La presencia de la especie es vital en estas dos zonas para que se expanda por el Sistema Ibérico, pero también hacia los Pirineos. Además de no asentarse, ni en La Rioja ni en Álava tenemos una importante superpoblación de ungulados que necesite regulación, porque el modelo cinegético actual nos ha conducido a decapitar los ecosistemas y favorecer a ciertas especies frente a otras. El lobo es una de esas especies que por su condición de depredador social y apical ejerce efectos siempre positivos sobre la biodiversidad y sobre los ecosistemas”, concluyen.