Amnistía Internacional informaba recientemente de que considera desafortunada la decisión del presidente de EEUU, Barack Obama, de continuar durante un año más las sanciones que su país impuso a Cuba en aplicación de la Ley sobre Comercio con el Enemigo durante la Guerra Fría.
Esta política, traducida en un largo embargo a la isla, tiene ya cinco décadas de antigüedad y según AI, supone un peligro a los derechos humanos en Cuba ya que el gobierno cubano ha utilizado el embargo como justificación para mantener las restricciones a la libertad de expresión, de asociación y de reunión pacíficas.
El informe de la organización, publicado en 2009 'El embargo estadounidense contra Cuba' explica el impacto que estas medidas mantenidas por EEUU desde 1962 afectan negativamente al acceso de los cubanos a medicinas y tecnologías médicas, y ponen en peligro la salud de millones de personas.
Agencias y programas de la ONU que operan en Cuba, como UNICEF, ONUSIDA y UNFPA, han informado de que el embargo estadounidense ha menoscabado la implantación de programas encaminados a mejorar las condiciones de vida de los cubanos.
Desde que tomó posesión de su cargo, el presidente Obama ha adoptado algunas medidas positivas para reducir determinadas limitaciones, incluido el levantamiento de las restricciones a los estadounidenses de origen cubano que desean viajar a la isla o enviar remesas a sus familiares. Sin embargo, Obama renovó la aplicación de sanciones contra Cuba en virtud de la Ley sobre Comercio con el Enemigo tanto en septiembre de 2009 como, más recientemente, el 2 de septiembre de 2010.