Andrés Pascual presenta novela: “Cuando miramos al mundo con ojos de explorador, con respeto y fascinación, nuestra vida es mucho más rica”
Andrés Pascual acaba de publicar su nueva novela, “El Árbol de las Palabras”, enmarcada en la África colonial en el siglo XIX. De todos su viajes, como escritor y como viajero, este quizás es el más personal. Sus bisabuelos y abuelos vivieron en la colonia española de Guinea y él creció escuchando aquellas historias. Años después y ya con la novela en la cabeza, viajó al país y conoció en primera persona valores como “la conexión con la tierra, la fuerza de los lazos familiares, y la convicción de que somos parte de un todo” con lo que llenó su mochila. Aquel viaje también hizo que recondujera la trama de la novela que ya se puede leer.
'El árbol de las palabras’ lleva al lector a la colonia española de Guinea a finales del siglo XIX. ¿Por qué decidió enmarcar su nueva historia en esta época?
Porque el nacimiento de nuestra única colonia subsahariana es el episodio más fascinante y desconocido de nuestra historia. La aventura de los pioneros en Guinea, tanto los exploradores, como los misioneros o los diplomáticos allí desplazados, está llena de épica. Tenían un propósito superior que les impulsaba a dar ese paso más allá de los mapas y de los convencionalismos.
Además, tiene un vínculo personal con Guinea, que supongo que ha sido importante para contar esta historia.
Me tocaba muy de cerca porque mis bisabuelos y abuelos vivieron en Guinea veinte años, durante las décadas de los años 20 y 30 del siglo XX. En casa siempre había una historia que escuchar sobre Fernando Poo, donde estaba la capital. El abuelo Gonzalo llevó a mi abuela Carmen —con solo dieciocho añitos— a esta isla africana en la que nació mi tía Mari Carmen. Y si bien en la novela no cuento sus andanzas, ya que me he remontado al origen de la colonia, sus anécdotas y los valores de los pioneros como ellos sí que están en cada una de las páginas.
La escritura de la novela le llevó a viajar al país africano. ¿Qué trajo de allí a nivel personal y que le ha aportado para la novela?
He visitado 60 países y de todos ellos he traído una mochila llena de enseñanzas para mis novelas y para la novela de la vida. En el caso de Guinea, los valores de las antiguas etnias relacionados con la conexión con la tierra, la fuerza de los lazos familiares, y la convicción de que somos parte de un todo.
Con los mimbres históricos de Guinea en 1884, aún no me creo que nadie haya escrito esta novela antes que yo
¿Esta historia surgió antes o después del viaje? ¿Cambió sus planes de alguna manera?
Fui a Guinea para conocer de primera mano los escenarios, ya que llevaba muchos años queriendo escribir esta novela. Pero una vez allá sí que redirigí la idea inicial de la trama. Decidí situarla en 1884, un año en el que se dan tres acontecimientos que marcaron un antes y un después: la construcción de la misión de los claretianos, la expedición del vasco Manuel Iradier a la zona continental y la Conferencia de Berlín en la que las potencias se repartieron África como si fuera una tarta. Con todos esos mimbres disponibles, aún no me creo que nadie haya escrito esta novela antes que yo.
¿Qué mensaje quiere trasladar con la obra?
Que cuando miramos al mundo con ojos de explorador, con respeto y fascinación por cada detalle, nuestra vida es mucho más rica. Sobre todo cuando nos aproximamos así a las personas. Somos seres maravillosamente inacabados que venimos a este mundo para completarnos con aquellos que nos acompañan en el viaje de la vida. No podemos perder la oportunidad de aprender de cualquier persona que se cruza en nuestro camino.
¿Qué va a encontrar el lector en esta nueva obra? ¿Qué tiene de la esencia como escritor de Andrés Pascual y qué de novedad?
“El árbol de las palabras” es una vuelta al tono de mis primeras novelas, en concreto a “El haiku de las palabras perdidas”, porque tienen en común unos acontecimientos dramáticos vistos a través de ojos adolescentes, con esa mezcla de inocencia y de entusiasmo para salir adelante por muy cuesta arriba que se ponga el mundo. Y, como siempre, para que esta historia llegue a todo tipo de lectores, he apostado por escribir un novelón con pasiones de todo tipo y mucho ritmo, con el que lo pasen bien.
El árbol de las palabras es el lugar donde se escucha a las personas mayores, se comparten sueños y se dirimen conflictos. ¿Dónde acude usted cuando necesita su árbol de las palabras?
Siempre me ha gustado tener largas charlas con la gente mayor, por supuesto con mis padres y mis abuelos. Pero la persona con la que hablo de todo cada día es con es Cristina, mi mujer. Ponemos sobre la mesa los sueños, las dudas, los miedos y aspiraciones. Es muy bonito saber que ambos nos damos cobijo.
Sobre las relaciones de España y Guinea: "Hemos de empezar por acercarnos y conocernos mejor. Nos lo debemos mutuamente por nuestro pasado compartido
Es obvio que es un episodio desconocido de la historia de España, ¿qué importancia tuvo entonces y cómo perdura todavía en la realidad de la Guinea actual? ¿Cómo se ve desde allí esta etapa?
En mi viaje pude constatar que, si bien se han hecho desaparecer muchos vestigios de la época colonial, el pueblo guineano mira con cariño a los españoles. Tenemos muchas cosas en común aparte del idioma, ya que han crecido con nuestra televisión, muchos referentes e iconos culturales compartidos.
¿Debería España saldar alguna deuda con el país e impulsar su democratización?
Hemos de empezar por acercarnos y conocernos mejor. Nos lo debemos mutuamente por nuestro pasado compartido. Solemos dar la espalda a todo aquello que no llegamos a comprender del todo, sin darnos cuenta de que, cuando abrazamos las diferencias del otro, es cuando más crecemos y prosperamos. La cultura de las antiguas etnias de Guinea es una fuente maravillosa de inspiración. Confío que, para los lectores, El árbol de las palabras se convierta en una caja de herramientas para caminar por la selva de la vida.
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