Ángel Fernández relanza al Naturhouse

Los comienzos nunca son fáciles. Nervios, desajustes... Sin embargo, Ángel Fernández no acusó nada de esto. Once goles. Espectacular. Propio de lo que es, un jugador de nivel, capaz de desequilibrar y desatascar un partido al que le costó entrar al Naturhouse. Con el extremo cántabro es más fácil. Si a ello, se suma que la defensa se pone las pilas, ajustas los movimientos y todo va en cadena durante un determinado momento, se comprende que los de Jota González fueran capaces de romper el duelo ante Guadalajara en un instante. Visto y no visto, del 20-19 al 26-19.

Suficiente para que el extremo zurdo, diestro de mano, enganchara goles hasta el infinito. Apenas cinco minutos de ensueño, con cinco goles y algún que otro fallo para haber ampliado su registro. Cacheda se atrevió a romper el discurso en la ejecución. No, en modo. Porque los franjivinos se fajaron, aumentaron su intensidad para cubrir todos los espacio y meter manos para correr y encarar, una y otra vez, a Hombrados. El Guadalajara estaba grogui. Perdido porque Padilla y Montoya habían perdido protagonismo y porque Bozalongo ya había sido frenado.

La consecuencia fue que el Naturhouse dejó visto para sentencia la primera victoria oficial de la temporada con 15 minutos por delante. El técnico pucelano así lo entendió cuando sentó al gran protagonista de la tarde. Previamente, el egipico Sanad, recién llegado hace unos días, ya estaba luciendo el 91 por el Palacio. Como tímido en ataque, pero hábil en el robo se debe ir acoplando. Hasta la conclusión, Kappelin se ganó los aplausos con un par de intervenciones. Poco más para un público exigente, que incluso se puso nervioso cuando el Guadalajara mandaba en los compases iniciales.

DUDAS INICIALES

De hecho, al Naturhouse le costó veinte minutos ponerse por delante en el marcador. El Guadalajara, combativo, generó dudas, tanto que se colocó 2-5. Los locales, más atenazados que un cuadro alcarreño desatado, sobre todo, cuando Padilla, Montoya o Bozalongo tenían la pelota. Entre los tres asumían la responsabilidad del gol. Los riojanos se atragantaban en ataque. Garciandia no daba miedo desde fuera, Vigo no terminaba de encontrar el sitio. La defensa tampoco ayudaba. Los de César Montes se escapaban 2-5 y Ángel Fernández, en poco más de 90 segundos, se las ingenió para empatar la contienda.

El Guadalajara ayudó en parte porque cuando jugaban en superioridad -utilizando a un jugador más por el portero- no terminaban de acabar la jugada y propiciaba un contragolpe fácil para los locales. Garabaya, desde el centro del campo, probó fortuna. No atinó como sí haría después Peciña a renglón seguido de un tanto de los manchegos. Queda cuestionarse si esta novedad es positiva para el que la pone en práctica o para el que la defiende.

Con las tablas a cinco, el Guadalajara insistía con ventajas mínimas hasta el 9-9 (minuto 19). Miguel Sánchez-Migallón, dando un respiro a Ángel Fernández, daba la primera renta a los locales. Pese a que el Guadalajara sacó raza, los de Jota González fueron aumentando de forma progresiva su renta. Con Javi García se encendió la luz. Se respiraba tranquilidad en el Palacio con el 14-11. Más aún con el 18-14 al descanso Y eso que apenas se pudo ver a Montoro, es de entender que todavía con molestias tras la luxación de dedo sufrida en el último amistoso.

ÁNGEL FERNÁNDEZ SE DESATA

Tras el paso por los vestuarios, el Guadalajara recuperó el espíritu del comienzo de partido. Bozalongo, en su tierra, ajustaba el electrónico para alegría de César Montes. Una exclusión de Langaro, un gol desde siete metros de Moya y un penalti parado por Hombrados a Javi Muñoz, dejaban todo en el aire: 20-19 (minuto 39). Entonces, se unió la destreza de la defensa, más agresiva, y la finalización de Ángel Fernández que explotó su velocidad y talento para marcar 7 de los 8 goles del Naturhouse en los primeros 15 minutos de la segunda parte. Todo dicho y a pensar en el compromiso del próximo miércoles en León.

Para este enfrentamiento, el conjunto riojano debe pulir cosas. En ataque faltan cosas porque en estático le cuesta mover a su oponente a no ser que el balón vaya a gran velocidad de mano a mano hasta encontrar la mejor opción, principalmente en el extremo. Ante el Guadalajara no hizo falta martillear desde los 9 metros, pero ante el conjunto que entrena Rafa Guijosa será necesaria la aportación de los laterales en esa faceta. En defensa, puede que sea cuestión de intensidad, de concentración y de ir ganando frescura en las piernas. Además, hay partidos, como se comprobó en el debut liguero que con un momentos de brillantes es suficiente. En otros, no. Por ejemplo, en los dos que vienen.

FICHA TÉCNICA

Naturhouse La Rioja: Aginagalde (p); Javi Muñoz (4, 1p), Garciandia, Garabaya, Molina, Vigo (3) y Ángel Fernández (11, 1p), siete inicial, Langaro (2), Miguel Sánchez (5), Peciña (1), Montoro, Luisfe, Javi García (2), Cacheda (2), Kappelin (p) y Sanad.

Guadalajara: Hombrados (p); Parra (1p), Márquez (3), Bozalongo (6), Moya (2p), Mikel (1) y Padilla (5), siete inicial, Mellado (1), Montoya (4), Vallés, Fuentes, Sedano, Adrián (p) y Sanz García.

Parciales cada cinco minutos: 2-3, 2-5, 6-7, 10-9, 14-11, 18-14 (descanso); 19-17, 20-19, 25-19, 27-21, 29-22 y 30-23 (final).

Árbitros: Jesús Álvarez Menéndez y José Carlos Friera Cavada. Excluyeron a los locales Ángel Fernández (min. 14), Molina (min. 28) y Langaro (min. 37) y a los visitantes Bozalongo (min. 19), Fuentes (min. 27) y Márquez (min. 58).

Incidencias: Alrededor de 1.200 espectadores en el Palacio de los Deportes. Carlos Coloma, ciclista riojano y medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Río realizó el saque de honor.