La iglesia parroquial de San Andrés de Calahorra ha sufrido una tentativa de robo con escalamiento que se saldó con la rotura de una valiosa vidriera del siglo XX. Según el párroco, Javier Fernández Cascante, el acceso se habría producido de madrugada desde el tejado. Desde allí, rompiendo una vidriera, penetraron en el interior del templo para recorrer después una cornisa a gran altura junto a las bóvedas y descender hasta el suelo agarrándose al cableado eléctrico que también sufrió daños al romperse.
El párroco fue avisado poco después de las 10 de la mañana por las mujeres que habitualmente realizan la limpieza del templo y que encontraron las puertas abiertas: “Me preguntaron si había sido yo el que las había dejado así y de inmediato me imaginé que nos habrían robado”. Por el momento no se ha echado nada en falta ni han desaparecido objetos de culto o patrimoniales pero sí se ha producido la rotura de una vidriera de mediados del siglo XX que representa la imagen de San Antonio de Padua.
Se da la circunstancia de que mientras esperaba en la iglesia la llegada de la Guardia Civil para comprobar los daños, el párroco oyó “un leve ruido en la sacristía y sorprendió allí a dos personas a las que dejó encerradas hasta la llegada de los agentes del instituto armado que se presentaron a los pocos minutos”. Sin embargo las dos personas retenidas no responden al perfil de las personas que habrían entrado por la fuerza en el templo.
Javier Fernández Cascante espera que durante las próximas obras de recuperación de la antigua fachada Sur “se pueda acometer la reparación de la vidriera”.