El presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, manifestó este martes que no tiene idea de asumir ninguno de los posibles 1.700 despidos que la empresa industrial Magna, el nuevo accionista mayoritario de Opel, tiene previstos para la planta de Figueruelas, en Zaragoza. Explicó que es la factoría “más productiva del grupo, la mejor, la que vende más coches, la que funciona mejor”, por lo que tienen “buenas cartas” con las que negociar.
En declaraciones a RNE recogidas por Europa Press, Iglesias subrayó que estarán pendientes de la reunión que se celebra en alemania con todos los países afectados para conocer las “condiciones exactas de venta y qué es lo que plantea el nuevo accionista”. Espera que el planteamiento no consista “exclusivamente” en salvar las factorías que tienen más dificultades“.
“Yo creo que Europa eso no lo puede permitir y nosotros, desde luego, no lo vamos a aceptar. Hay que tener en cuenta la productividad de cada una de las factorías y, a partir de ahí, tomar las decisiones que sean procedentes para salvar el conjunto. A nosotros nos preocupan fundamentalmente nuestros puestos de trabajo”, apostilló.
El Gobierno de Aragón, que tenía previsto avalar a Opel con 200 millones de euros, volverá a hablar con el nuevo accionista porque la negociación se produjo con el anterior, General Motors, y tendrán en cuenta “los planes que tiene para la factoría de Figueruelas” porque “no se podría defender de ninguna manera” que se prescinda de las partes “más rentables” de una empresa.
Iglesias cree que la Comisión Europea debe estar “muy al tanto” de si lo que se pretende es hacer “nacionalismo económico” y cerrar una planta por estar “en un país determinado”.