El ataque se produjo el viernes por la noche en la aldea de Sufiya, un enclave suní del distrito bagdadí de Rasheed. Según la Policía, los asaltantes, vestidos con uniformes militares, irrumpieron en varias viviendas, maniataron a las víctimas y las dispararon en la cabeza.
Fuentes de seguridad precisaron que entre diez y quince hombres armados aparecieron en las aldeas en varios camiones y escogieron a las víctimas por haber colaborado con el Gobierno en su lucha contra las milicias de la red terrorista Al Qaeda.
Otras fuentes informaron de 24 víctimas mortales, incluidos niños y mujeres, todos ellas de la misma familia. Un cámara de Reuters pudo contar hasta 25 cadáveres en un hospital local.