Según las afirmaciones de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitario (OCHA), más de 60.000 personas precisan ayuda urgente en la República Centroafricana, ante la espiral de violencia intertribal que se desarrolla actualmente en la región de Vakaca, al noroeste del país.
La portavoz en Ginebra de la OCHA, Elizabeth Byrs, ha señalado que un ataque sucedido en la localidad de Birao el pasado 21 de junio ha dado como resultado la huída de la mayor parte de los pobladores de la región, y ha obligado al personal humanitario a evacuar la zona a su vez.
Este ha sido el segundo ataque en dos semanas al mismo lugar. El primero ya había causado el desplazamiento de 1.500 personas, que actualmente carecen de albergue y medios de subsistencia. En el último asalto se han herido a 10 personas, y se han incendiado más de 100 casas.
Byrs ha explicado que “La oleada de ataques refleja las tensiones crecientes entre los grupos étnicos aliados a uno de los principales signatarios del acuerdo de paz de la República Centroafricana, la Unión de Fuerzas Democráticas para la Integración, y otros grupos étnicos prominentes en la región”.
Agregó que el representante especial de la ONU para ese país, Victor Angelo, celebró ayer una reunión de emergencia con el presidente centroafricano y otros altos funcionarios del gobierno para discutir el deterioro del entorno de seguridad.
Por otra parte, Naciones unidas también muestra preocupación por los datos que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha hecho públicos sobre el crecimiento de la trata de seres humanos desde la zona conocida como el cuerno de África, donde personas, provenientes en su mayoría de Etiopía y Somalia, son sometidas diariamente a la explotación y el abuso.
“Tanto los traficantes, como los habitantes de las comunidades que los reciben y las autoridades locales que deberían protegerlos, violan los derechos humanos de estos migrantes”, según ha señalado Jean Phillipe Chauzy, portavoz de la OIM en Ginebra. También ha señalado que los abusos incluyen episodios de “acoso, golpes, robos, asaltos y, en algunos casos, violaciones”.
Además, indicó que muchos países continúan deteniendo y encarcelando a migrantes, mientras los traficantes llevan a cabo sus tareas con total impunidad. Agregó que alrededor de 20.000 hombres etíopes y somalíes son traficados cada año desde el “Cuerno de África” hacia Sudáfrica y, en promedio, pagan unos 2.000 dólares por el viaje.