En personas sanas, los cambios importantes de la vida pueden ser la causa de cefalea crónica. Según Ann I. Scher, una de las científicas que firma este nuevo trabajo, este tipo de eventos “puede precipitar el desarrollo de cefaleas diarias crónicas”.
Scher, de una universidad de Bethesda (Estados Unidos), donde también están los Institutos Nacionales de Salud Pública, ha dirigido el equipo de expertos que evaluó las consecuencias de cambios vitales en la salud de más de 200 varones y mujeres, todos ellos pacientes con dolor de cabeza diario y crónico, que se define en términos médicos como 180 episodios al año o más. Compararon esos datos con los de 500 personas que sufrían episodios menos frecuentes (entre 2 y 104 al año).
Los cambios podían estar relacionados con el trabajo, la pareja, los hijos o el domicilio, y también se tuvieron en cuenta los fallecimientos en la familia o el grupo de amigos íntimos. Los expertos sometieron a los voluntarios a preguntas sobre situaciones “extremadamente estresantes”, tales como problemas económicos, enfermedades y relaciones de pareja.
El primer grupo era el que sufría las jaquecas más frecuentes en los dos años siguientes al evento que cambió su vida. El indicador más preciso del riesgo de padecer cefaleas fueron las situaciones de estrés extremo.