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Autoridades religiosas y políticas, contra la mutilación genital femenina

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Al menos 34 personalidades de los ámbitos político y religioso de Mauritania han apoyado una ‘fatua’ (en el Islam, un pronunciamiento legal emitido por algún experto en legislación religiosa sobre un aspecto concreto) que ilegaliza la práctica de la mutilación genital femenina en todo el territorio mauritano, según ha informado la web ‘Magharebia’. La ‘fatua’ fue emitida en 2006 por la Universidad de Al Azhar y ya había sido debatida en pasado año.

Autoridades religiosas, ulemas y responsables del gobierno mauritano (pertenecientes al Ministerio de Asuntos Sociales, Infancia y Familia) se reunieron los días 11 y 12 de enero en Nouakchott, la capital del país, para deliberar sobre esta cuestión en el marco de las Jornadas de Pensamiento Islámico celebradas en la ciudad. Finalmente, se llegó a la conclusión de que imanes y ulemas debían emitir una opinión clara que estableciese la prohibición religiosa de esta práctica considerada un atentado contra la integridad física de la mujer. “Los expertos han demostrado que la mutilación genital femenina es dañina, ya sea inmediatamente o a posteriori”, declararon las autoridades. Por este motivo, determinaron validar esta ley religiosa. En la ‘fatua’ se establece: “dicha práctica queda, por la presente, prohibida, debido al daño que conlleva”.

La extirpación de los órganos genitales a mujeres ha sido tipificada como delito por el código penal del menor mauritano y, la ‘fatua’ de 2006, de la Universidad Al Azhar, establece su falta de fundamento religioso.

El nuevo posicionamiento supone, por lo tanto, un apoyo adicional a la legalidad vigente en el país y, especialmente, implica un importante impulso para frenar las arraigadas convicciones sociales que llevan a la práctica de la “circuncisión” femenina. La ablación ha seguido muy extendida en algunas zonas de Mauritania por considerarse un mandato religioso.

Durante las Jornadas del 11 y el 12 de enero, la negación de estos argumentos religiosos se apoyó en los trabajos de diversos expertos en derecho islámico, como Ibn al Hajj, quien afirmó que “estas prácticas no han estado presentes en los países del Magreb durante los últimos siglos”.

La ‘fatua’ añadía que estas prácticas “no son un hábito instintivo según el rito malekita y, en consecuencia, han sido abandonadas en las regiones del norte y el este del país”.

El doctor Sheikh Ould Zein Ould Imam, secretario general de las jornadas y profesor de jurisprudencia en la Universidad de Nouakchott, declaró a Magharebia que el encuentro “ha sido importante”. “Se ha llegado a numerosos acuerdos, ya que se trata de un asunto muy sensible y vital”, explicaba.

En opinión del profesor, “no cabe duda de que esta ‘fatua’ luchará de manera significativa [contra las mutilaciones], dado que elimina la máscara religiosa tras la que se esconden estas prácticas”.

También ha matizado, dado que la sociedad mauritana es todavía conservadora en este sentido y que se trata una práctica longeva y muy arraigada socialmente, que es necesaria “una campaña de los medios de comunicación destinada a dar a conocer esta ‘fatua’, a explicarla y a aclarar su significado religioso y social” para lograr un verdadero efecto positivo. Esta campaña ayudaría a cambiar las conciencias de la población mauritana al respecto y contribuiría a desmentir los fundamentos religiosos en los que se creía que se basaba la mutilación.

La medida ha sido fuertemente aplaudida por muchas mujeres mauritanas. Miriam, una joven de 30 años que sufrió la ablación durante su infancia, se lamentaba así en unas declaraciones recogidas por Magharebia: “¿dónde han estado estos imanes durante los últimos diez años, mientras las mutilaciones mataban a decenas de mujeres cada año?”. “¿Estos imanes y las víctimas de estas circuncisiones vivían en planetas diferentes?”, apostillaba la joven.

Miriam expresó la opinión de muchas mujeres mauritanas: “lo que intento decir es que necesitábamos desde hace tiempo esta ‘fatua’ que prohíbe la circuncisión […] Yo fui víctima de esta violenta costumbre cuando tenía siete años y me dejó una cicatriz psicológica indeleble”.

El secretario general del Ministerio de Asuntos Sociales, Mohamed Ould Ely Telmudy, afirmó por su parte en el discurso de apertura del seminario que es necesario llegar a un acuerdo común sobre la opinión médica que subraya los peligros de esta práctica, en colaboración con organizaciones como el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Según el informe Progreso para la Infancia 2007 de esta institución, entre el 51 y el 75% de las mujeres y niñas mauritanas (dependiendo del origen étnico y las zonas del país) sufrió durante ése año la extirpación de sus órganos genitales. UNICEF cree que en las zonas rurales de Mauritania esta práctica alcanza al 80’6% de las mujeres y niñas, mientras que en zonas urbanas como Nouakchott, la ablación desciende al 48%. Las zonas de país en las que más se lleva a cabo esta excisión son Brakna, Gorgol y Assaba Hodh El Charghi.