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Bares restrictivos y camareros policías

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Fumar es un placer... cada vez más difícil de ejecutar. Por lo menos, en lugares públicos. Hace unas semanas, la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, anunciaba una futura reforma legal de la Ley Antitabaco que amplía a cualquier lugar público la prohibición de fumar. Jiménez aseguraba que en 2012 nadie podría fumarse un cigarro en un bar, restaurante, discoteca o puesto de trabajo.

Esta ampliación de la norma de 2006 en la que se establecía la prohibición, por primera vez en España, de fumar en lugares como el trabajo, centros de servicios, transportes, instalaciones deportivas y obligaba a los bares de más de 100 metros cuadrados a habilitar una zona específica de fumadores.

En La Rioja, el 15% de los locales de más de 100 metros acometieron obras y un 10% decidió prohibir fumar de manera taxativa, una minoría. Sin embargo, en la gran mayoría de establecimientos se pudo seguir fumando con toda tranquilidad. La 'relajación' con la que el Gobierno de La Rioja adoptó la ley garantizó cierta impunidad a los hosteleros ante las multas o denuncias que establecían la ley.

La reforma de los locales suele costar entre 3.000 y 36.000 euros dependiendo del tipo de local o lo materiales con los que se ha realizado la reforma. Sin embargo con la ampliación de la Ley esta inversión no sirve para nada ya que no será necesaria una zona delimitada para poder fumar porque estará completamente prohibido.

Pero no es solamente este punto el que más ha molestado a los hosteleros. El presidente de la Asociación de Hosteleros y Afines de La Rioja, Francisco Martínez Vegués, asegura que la nueva legislación les obliga a ser “policías” de sus propios clientes ya que serán los propietarios de los bares y restaurantes los encargados de velar para que nadie se encienda un cigarro en su local.

“Nadie nos ha aclarado nada, no sabemos si podremos vender tabaco, si se podrá fumar en algún sitio...pero el Gobierno sí que no sigue cobrando las tasas por vender tabaco”.

Martínez Vegués cree que los hosteleros se sienten desprotegidos y “nos están tomando el pelo”. Asegura que la prohibición de fumar hará bajar el número de clientela de los bares ya que muchos de ellos se tomaban un café y se fumaban un cigarro. “Si ahora no pueden fumar no vendrán a tomarse un café y menos en tiempos de crisis”.

El presidente de los hosteleros riojanos calcula que debido a la incidencia de la reforma legal, un 30% de los bares se verán obligados a cerrar.

EL TABACO, UN NEGOCIO Y UN VERDUGO

El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo elaboró un informe cuando entró en vigor la Ley Antitabaco (2006) en el que establece los costes que el tabaquismo ocasiona al año al sector hostelero. Según dicho informe, los empresarios pierden 10,7 millones de euros por absentismo laboral, 319 millones por pérdida de productividad por consumo de cigarrillos y 117,42 millones de euros por costes adicionales en el servicio de limpieza. Con la nueva ley podrían ahorrarse todo esto.

Sin embargo, el informe establece también la caída de beneficios en el sector ante la pérdida de clientes no fumadores. “Cabe esperar que caiga la frecuencia de clientes entre el 86,5% y el 83'8% de bares y restaurantes. Por otro lado, la aparición de espacios libres de humos, podría animar a los no fumadores a acudir a estos locales provocando un incremento en el volumen de las ventas”. Pero, ¿cuando no haya esa posibilidad, cuántos clientes dejarán de ir a estos establecimientos?.

Para Rodrigo Córdoba, presidente del Comité, esta prohibición tiene una contrapartida: los clientes que prefieran espacios limpios de humo acudirán con más asiduidad a los bares y restaurantes. Y no son pocos, Córdoba asegura que el 27% de los españoles son fumadores, por lo que existen un 73% de la población que no se verá afectada por la legislación.

“Sabemos que la prohibición total es inviable, la Unión Europea recibe mucho dinero de los impuestos que gravan el tabaco. Pero esta ampliación de la norma es un paso adelante” asegura Córdoba. Sobre la incongruencia de la ley que obligaba a reformar los locales de más de 100 metros y cuyas reformas quedarán en 2012 inservibles, Córdoba cree que es un problema menor ya que la mayoría de los locales no habían acometido reformas.

Lo importante, asegura, es impedir que los menores accedan cada vez más pronto al consumo de tabaco y eso se consigue con restricciones en locales públicos pero también con la subida de impuestos, como las anunciadas ahora, por encima del IPC. “Además hay que acercar la información a toda la población y crear una mejor asistencia sanitaria sobre los problemas acarreados por el tabaquismo”.