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Biden advierte de que los resultados serán 'más apretados de lo que muchos piensan'

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Biden junto a Obama, en un acto electoral en Springfield. Ante la ola de optimismo generalizado en torno a Barack Obama, desde las filas demócratas comienzan a no lanzar las campanas al vuelo y a pedir prudencia. El candidato demócrata a la Vicepresidencia de Estados Unidos, Joe Biden, ha pedido prudencia y ha vaticinado que los resultados de las elecciones del martes van a estar “más apretados de lo que muchos piensan”.

Según “The Washington Post”, Biden recordó las dos anteriores derrotas de los demócratas en 2004 y 2000 ante el ahora presidente saliente, George W. Bush“. Nosotros hemos recorrido esta vía antes. Yo me sentía muy bien por este tiempo en la época de la campaña de (John) Kerry. Y me sentía bien durante la campaña de (Al) Gore”, rememoró el veterano político Biden.

“Como dice el viejo dicho, 'esto no se acaba, hasta que se acaba'. Nos sentimos bien. Nos vemos bien, pero todavía no es el final... Estas elecciones van a estar más apretadas de lo que la gente piensa que están”, afirmó en Ohio.

Mientras tanto, su rival John McCain recibía el apoyo el vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, quien manifestó por primera vez su respaldo al aspirante republicano a la Presidencia, John McCain.

Sin embargo, este respaldo puede representar un arma de doble filo. El de Cheney hacia McCain supone, por un lado, un fuerte espaldarazo de una figura que, aunque se prodiga poco en los medios tiene notable relevancia. Pero también evoca una reminiscencia 'maldita' en la campaña del candidato republicano: la de George W. Bush.

DISTANCIARSE DE BUSH

En efecto, distanciarse de la política del actual inquilino de la Casa Blanca ha sido desde el principio uno de los objetivos de la estrategia del senador por Arizona. McCain ha puesto un especial empeñado en desmarcarse de algunas de las decisiones más políticas de Bush, caso, como por ejemplo, de la estrategia en Irak.

De hecho, una de las frases que dejará para la historia esta campaña es, precisamente, la contundencia con la que McCain negó a su compañero de partido en el tercero de los debates televisados entre ambos candidatos: “Yo no soy Bush”, sentenció ante las alusiones de su rival por la Presidencia. Y es que esa teórica semejanza entre las filosofías de Bush y McCain ha sido uno de los puntos en los que el aspirante demócrata ha mostrado mayor agresividad. Con los datos de las encuestas en la mano, resultaba obvio que el legado del actual comandante en jefe no ayuda en nada al que debiera ser su sucesor natural.

Por todos estos motivos, se podría decir que el apoyo de Cheney supone un aval cuasi-envenenado. Y eso que el vicepresidente del Gobierno fue comedido y no recurrió a grandes circunloquios para ensalzar a McCain, lejos de las proclamas que recibiera el candidato apenas 24 horas antes por parte de Arnold Schwarzenegger: “Creo que el líder correcto para este momento de la historia es el senador John McCain”, afirmó lacónicamente.