Bodegas Familiares de Rioja ha comunicado por carta a sus 150 representados la “delicada” situación en que el Ejecutivo de Concha Andreu deja a la entidad que defiende los intereses de la pequeña y mediana bodega de La Rioja.
Explican que “el Gobierno regional suprimió de forma unilateral en el año 2019 el convenio histórico que Bodegas Familiares venía firmando con los diferentes ejecutivos regionales, prometiendo para el 2020 una concurrencia competitiva para apoyar el funcionamiento de la asociación que nunca se convocó”.
Sin embargo, detallan que otras asociaciones del sector como la Federación de Cooperativas Agrarias tienen un convenio firmado, y renovado para 2021, por ejercer la representatividad de su sector, mientras que “la organización bodeguera Grupo Rioja, a pesar de que casi la mitad de sus asociados son alaveses o navarros, está integrada en la Federación de Empresas de La Rioja, que recibe importantes ayudas y subvenciones del Gobierno regional sin ningún tipo de concurrencia”.
Asimismo, asociaciones como la de enólogos o la Cofradía del Vino, entre otras, tienen también convenios con ayudas directas. En este sentido, Bodegas Familiares denuncia “la arbitrariedad en el reparto de subvenciones y la persecución hacia la pequeña bodega riojana, ya que también los representantes de los viticultores perciben importantísimas ayudas”.
“Pese a la acreditada independencia política demostrada durante una trayectoria de 30 años”, Bodegas Familiares se vio obligada a pedir amparo y mantuvo contactos con las diferentes formaciones políticas del arco parlamentario para incluir una enmienda en los Presupuestos de La Rioja del 2021 con el fin de recuperar el convenio, logrando el apoyo de fuerzas tan dispares como Izquierda Unida y el PP, pero finalmente el PSOE, “por orden expresa del Gobierno regional”, anuló la enmienda.
Bodegas Familiares de Rioja, que este año celebra su XXX Aniversario, más allá de la situación de pandemia, se verá abocada a suspender la tradicional presentación de los vinos de la última añada a la sociedad riojana, así como las exitosas ferias y salones que estaba promoviendo en otras ciudades para facilitar la comercialización de vinos de sus asociados.
La asociación agrupa a 150 bodegas en el Consejo Regulador (la mayoritaria en número) y lamentan que, en caso de su desaparición, la pequeña bodega riojana se quedaría sin representación para siempre, ya que a las nuevas organizaciones no fundadoras se les exige un mínimo del 10% del volumen comercializador de Rioja, “lo cual sería imposible de cumplir para cualquier nueva agrupación de pequeñas bodegas”.
“La falta de apoyo del Gobierno regional hacia la pequeña bodega va más allá de la denegación del convenio, ya que diferentes departamentos (desde la Consejería de Agricultura a la de Desarrollo Económico) han desoído en varias ocasiones peticiones de reuniones para explicar los problemas y la difícil situación de la pequeña y mediana bodega, especialmente ahora con una pandemia y con el cierre obligado de la hostelería, prácticamente nuestro único canal de venta”, subrayan.
En este sentido, quieren llamar también la atención sobre “la falta de criterios de reparto de las ayudas públicas, sin ni siquiera cuantificar, las pérdidas de facturación de las bodegas beneficiarias. Es como si, en plena pandemia, las ayudas públicas se dieran a Amazon en lugar de al pequeño comercio”.
*Imagen de archivo