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Caciques de los fogones

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El cocinero Santi Santamaría, autor del polémico libro que sale hoy a la venta, La cocina al desnudo, Premio de Hoy 2008, y que ha suscitado un acalorado debate entre los defensores de la cocina tradicional y los de la alta cocina, mantiene su defensa del uso de productos naturales, y ante las críticas “caciquistas” que ha recibido de sus compañeros de profesión reivindica el derecho que tiene el ciudadano a conocer el uso que se hace de aditivos químicos en ciertos restaurantes.

“No pretendo en absoluto colocar bajo sospecha a todos mis compañeros de oficio pero tampoco puede negarse una situación paradójica: la industria alimentaria está obligada por ley a informar al consumidor de los aditivos que contienen sus productos y los restaurantes que también los emplean, no”, señaló el cocinero catalán en un comunicado que emitió en respuesta a las críticas que ha recibido.

El autor recalcó el lunes en Madrid, en una multitudinaria rueda de prensa, que lo que defiende es “un pilar básico de la democracia: el derecho a la información”. “¿Es acaso excesivo defender el derecho a que el público reciba por lo menos la información acerca de los aditivos que se emplean en los platos de algunos restaurantes?” se preguntó el cocinero que reconoció que “jamás” utiliza estabilizantes en su cocina.

ADITIVOS

Santamaría quiso recalcar que nunca dijo que los aditivos usados en estas cocinas fueran tóxicos en sí mismos y en este sentido suscribió la palabras de la vicepresidenta, que aseguró el viernes que estos productos químicos está amparados por la ley, sino que “la dosis mal aplicada se convierte en veneno” y que estas sustancias están produciendo reacciones alérgicas. “No pido que no se utilicen pero sí que se informe de su uso. Cada cual es libre de utilizar los ingredientes que quiera pero se debe cumplir la ley”, apuntó.

“Tenemos que defender a la sociedad y dejarla a ella decidir qué es lo que desea comer”, señaló el cocinero que se mostró satisfecho de haber abierto el debate en la sociedad. “El debate está en la calle y es conveniente que sea así”, reconoció.

Pero el debate desatado ha ido más allá de las preferencias alimentarias de los ciudadanos. Consciente de las opiniones que se han vertido en su contra, Santamaría, dijo respetarlas todas aunque recomendó leer el libro, que sale a la venta mañana, antes de pronunciarse. “Respeto todas las opiniones pero no he escuchado argumentos sólidos”, señaló.

Santamaría calificó al comunicado emitido por los cocineros vanguardistas de “cacicada” y lo tachó de “enorme manipulación que me entristece” además de pedir a los que lo firman que “paren de hacer daño”.

ADRIÀ

En este sentido también se refirió a la cabeza de la alta cocina, Fernando Adrià, al que llamó “colega” y “gran profesional”, y que cita en numerosas ocasiones en su libro. Santamaría aseguró no tener nada personal contra su compañero de oficio pero que se aleja de su concepción de cocina y ética. “Me dirijo a Adrià porque a través de él las grandes industrias químicas están introduciéndose en los restaurantes”, aclaró.

Ante el debate suscitado, Santamaría pidió que que “las crispaciones y dualidades no desvíen el mensaje” que quiere hacer llegar a los ciudadanos. “Yo, que soy enfermo de obesidad, quiero decir a los ciudadanos que con la salud no se juega”, apuntó. Para contribuir a esta causa, los beneficios de 'La cocina al desnudo' irán destinados a luchar contra la obesidad. “El 50% de lo que genere el libro se destinará a una fundación que lucha contra la esclerosis múltiple y el otro a una, que todavía falta por decidir, que luche por los derechos del consumidor”, comentó.