Caja Rioja emprende este proceso una vez concluida la adaptación de toda su red de cajeros automáticos y la práctica totalidad de su parque de TPV (los datáfonos que permiten a los comercios el cobro con tarjetas), a la tecnología EMV. Según explica Caja Rioja, EMV (European MasterCard Visa), se contempla dentro del proceso de implantación de la SEPA (Single Euro Payments Area), que supone un nuevo espacio europeo caracterizado por un mayor grado de integración de los sistemas de pago en todos los países de la zona euro.
La tecnología EMV, que supone incorporar un “chip” en las tarjetas, significa un gran avance en seguridad respecto a la tecnología de banda magnética, ya que la información de las tarjetas está más protegida y, además, dispone de sistemas de encriptación más sofisticados.
Ante el previsible aumento del número de tarjetas EMV (con chip), los comerciantes deberán tener en cuenta algunas consideraciones muy sencillas al tramitar el cobro con este tipo de tarjetas, como que en las ventas pagadas con tarjetas EMV, en lugar de leer la banda magnética es preciso insertar la tarjeta en el lector de chip, donde deberá permanecer hasta finalizar la operación. A partir de ahí no tiene más que seguir las instrucciones que le irá proporcionando su datáfono-TPV.
Además, las nuevas tarjetas EMV también pueden requerir que el titular se identifique tecleando su PIN (clave personal), lo que será indicado por el TPV con el mensaje “TECLEE N. SECRETO”.
En estos casos, se facilitará al cliente que marque su PIN en las mejores condiciones de confidencialidad y, si la operación es aceptada, el TPV emitirá una boleta impresa con el mensaje “OPERACION CON PIN: FIRMA NO NECESARIA”, por lo que no es preciso solicitar la firma del cliente.
Este nuevo sistema convivirá con las tarjetas actuales hasta el 31 de diciembre de 2010, momento en el que todas las tarjetas en la Unión Europea dispondrán de chip.