Los trabajadores del Ayuntamiento también repararon hoy la decoración navideña dañada por los manifestantes.
Así, la gente se concentró fuera del Parlamento y gritaron enfadados a la Policía pero muchos dijeron que estaban cansados de las protestas violentas. “Estamos aquí para expresar nuestro profundo dolor y pesar porque nadie nos entiende. Ellos están matando niños sin ninguna razón”, afirmó Irini, una alumna de 16 añós de edad del mismo colegio al que asistía Grigoropoulos.
Un estudiante universitario de 20 años de edad, Elias Alkides, dijo que él no condenaba los disturbios pero que quería demostrar que es posible una manera diferente de protestas. “Estamos vestidos de blanco para enseñar que somos distintos de los violentos”, indicó Alkides que llevaba un ramo de margaritas.
El policía acusado de la muerte del adolescente la semana pasada ha sido encarcelado con un colega y está pendiente de juicio. Alega que disparó después de ser atacado por jóvenes en un barrio de izquierdas de Atenas y que una de las balas rebotó y alcanzó a Alexis de forma accidental.
Por su parte, el primer ministro griego, Costas Karamanlis, ha abogado por garantizar la seguridad y ha rechazado los llamamientos a que renuncie y espera las cercanas elecciones.
Un sondeo realizado antes de que se desatara la violencia y que ha sido publicado hoy por el diario 'Ethnos' indicó que el gobierno de la Nueva Democracia, que cuenta con mayoría tan solo por un escaño en el Parlamento, está perdiendo apoyos que se están dirigiendo hacia la oposición socialista y hacia otros partidos.
“Ahora mismo, el país está lidiando con una seria y enorme crisis financiera internacional. Esto necesita policías responsables y mano firme en el timón”, dijo ayer el primer ministro. “Esta es mi preocupación, esta es la preocupación y la prioridad del Gobierno y no los escenarios acerca de las elecciones”, añadió.