El avión que traslada al ex primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, desde Arabia Saudí aterrizó en el aeropuerto de Lahore, donde le esperan centenares de seguidores. Mientras, Ahsan Iqbal, un portavoz de su partido, la Liga Musulmana de Pakistán-N, informó de que las autoridades habrían detenido a unos 1.800 simpatizantes de Sharif desde el sábado por la noche.
Unos 5.000 agentes de la Policía paquistaní han tomado el aeropuerto de Lahore y sus inmediaciones y se preparan también para garantizar la seguridad para la visita de Sharif al mausoleo donde se encuentra enterrado su padre, a 20 kilómetros del centro de Lahore, y se dirija a sus seguidores.
Sharif regresa a Pakistán tras tres años de exilio. Fue depuesto en un golpe de Estado por el actual presidente paquistaní, el general Pervez Musharraf.
El ministro de Información de Punjab, Nisar Memon, aseguró que el número de detenidos denunciado por el partido de Sharif estaba exagerado.
“No hay tales detenciones. Unas cien personas se encuentran confinadas para que no puedan crear problemas. No queremos que ocurra lo mismo que en Karachi”, afirmó en referencia al intento de magnicidio ocurrido hace semanas durante el regreso a Pakistán de la también ex primera ministra Benazir Bhutto en el que murieron unas 150 personas.
Sharif partió desde Riad, Arabia Saudí, en un avión proporcionado por el rey saudí, Abdulá, junto a varios familiares. Abdulá también ha proporcionado a Sharif un vehículo blindado que utilizará para sus traslados.
Fuentes anónimas del Gobierno paquistaní han asegurado a la BBC que Sharif ha llegado a un acuerdo con Musharraf para gestionar su vuelta a Pakistán, donde formalizará su candidatura a las elecciones parlamentarias del próximo 8 de enero.