A las 05.15 horas de la madrugada de un 1 de junio de 2006, Rocío Jurado dejaba de respirar. Tras una larga lucha contra un cáncer de páncreas, la tonadillera fallecía rodeada de su familia y amigos.
En el aniversario de su muerte hay una doble tragedia: su viudo, José Ortega Cano se debate entre la vida y la muerte tras sufrir un accidente de tráfico en Sevilla que ya ha costado la vida al conductor del otro vehículo implicado.
La vida de ambos siempre ha estado envuelta en una nube de fotógrafos y periodistas, gente del papel cuché que retransmitía casi en tiempo real las idas y venidas de la cantante, sus amoríos y también su carrera musical.
La chipionera fue, sin duda, una de las voces claves en la copla y en la música española en general. Su muerte dejó un vacío difícil de llenar en el escenario aunque el recuerdo de su voz y de su personalidad siguen muy presentes.
La desgracia ha unido esta luctuosa fecha con la vida de su viudo, Ortega Cano, que se debate entre la vida y la muerte tras un accidente de tráfico sufrio hace unos días en Sevilla en el que fallecía el conductor del otro vehículo implicado en el siniestro.