Una cita histórica en Costa de Marfil se ha visto manchada de sangre. La segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que tuvieron lugar el pasado domingo en el país africano, se ha saldado con la muerte de al menos cincos miembros de la fuerzas de seguridad durante el escrutinio de votos.
Las cinco víctimas mortales habrían muerto en tres centros de votación del oeste del país, en su intento de impedir a varios manifestantes que bloquearan el acceso a las instalaciones, según indicó Pascal Affi N'Guessan, jefe de campaña del presidente marfileño, Laurent Gbagbo.
Las irregularidades en esta segunda vuelta electoral han sido denunciadas tanto por los candidatos como por los observadores internacionales. En esta línea, el ministro marfileño del Interior, Auguste Gnahoua Zoguehi, acusó a los rebeldes que controlan el norte del país de impedir que los simpatizantes del gobierno ejerzan su derecho al voto. “Estos hechos son especialmente graves porque podrían tener un impacto en el resultado de las zonas donde se llevaron a cabo”, dijo el ministro, al tiempo que adelantó que denunciaría estos sucesos ante al Tribunal Electoral.
Por su parte, Marcel Tanon, el jefe de campaña del ex primer ministro y subdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alassane Ouattara, aseveró que partidarios del presidente realizaron controles ilegales a los simpatizantes del candidato opositor y les impidieron acceder a los centros de votación. “Desde el comienzo de las votaciones hemos observado un bloqueo sistemático”, indicó Tanon, al tiempo que advirtió que estos comportamientos podrían afectar a la “credibilidad” de las elecciones y de sus resultados.
Los observadores internacionales denunciaron la existencia de varias irregularidades que no se habían dado en la primera vuelta de estos comicios, celebrada el pasado 31 de octubre, como “controles en las carreteras, tensión en los centros de votación y falta de materiales”. “Tenemos algunas preocupaciones”, dijo el jefe de la misión de la Unión Europea, Cristian Dan Preda.
El presidente Laurent Gbagbo y el ex primer ministro Alassane Ouattara son los dos candidatos que se han enfrentado en esta segunda vuelta. Con estas elecciones se intentará poner fin a diez años de crisis política y militar.
En teoría, las elecciones debieron celebrarse en 2005, cuando concluyó el primer mandato de Gbagbo, pero desde entonces sufrieron constantes aplazamientos, incluso después de resolverse el conflicto armado que sufrió el país entre 2002 y 2007 y que dividió a Costa de Marfil en dos bandos claramente delimitados geográficamente, entre el norte ocupado por los rebeldes y el sur en poder del Gobierno.
Tal como recoge la agencia Afrol News, la primera vuelta electoral celebrada el 31 de octubre , Mamadou Gnenema Coulibaly, vicepresidente de la Comisión Electoral Independiente de Costa de Marfil, situó la participación en los comicios en torno al 80%, algo “histórico” y que en su opinión se debe al “orgullo de todo aquel que haya participado en el proceso electoral”.