El desastre medioambiental creado por la explosión de la plataforma petrolífera de la compañía británica BP sigue siendo motivo de preocupación entre los estadounidenses y ciudadanos concienciados con el medio ambiente en todo el mundo. Aclarar lo ocurrido es un paso importante para evitar que en el futuro desastres de esta envergadura vuelvan a producirse. Ante esta necesidad de saber qué ocurrió el pasado 20 de abril, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha nombrado una comisión investigadora de la cual ya ha revelado los nombres.
Entre los que formarán parte de este panel hay hombres y mujeres provenientes del mundo académico y ecologistas, pero ningún representante de la industria petrolera. “Estoy muy agradecido de que hayan accedido a servir en los trabajos para determinar las causas de la catástrofe y a proponer las medidas necesarias para aumentar la seguridad y la protección ambiental, con el objetivo de prevenir que pueda ocurrir un desastre similar de nuevo”, indicó Obama en un comunicado emitido por la Casa Blanca.
El presidente estadounidense ya había designado al ex senador Bob Graham y al antiguo director de la Agencia de Protección Ambiental William Reilly como copresidentes de la comisión. Junto a ellos trabajarán: Frances Beinecke, presidenta de la ONG Consejo de Defensa de los Recursos Naturales; Donald Boesch, profesor de ciencias del mar y presidente del Centro de Ciencias Medioambientales de la Universidad de Maryland; Terry García, vicepresidente ejecutivo de los programas de misión de la Sociedad Nacional Geográfica; Cherry Murray, decano de la Escuela de Ingeniería Aplicada a las Ciencias de la Universidad de Harvard; y Frances Ulmer, rector de la Universidad de Alaska.
Por su parte, la petrolera británica ha anunciado que desde que se produjo la explosión hasta ahora ha gastado unos 1.600 millones de dólares (algo más de 1.306 millones de euros) para contrarrestar los efectos de la marea negra provocada por el vertido.
En un comunicado, BP precisa que esta cantidad incluye “los costes de la respuesta al vertido, la contención, la perforación de otro pozo auxiliar, las subvenciones a los estados del golfo, las reclamaciones pagadas y los costes federales”.
Así, precisa el texto, esta cifra incluye “las nuevas concesiones de 25 millones de dólares cada una a los estados de Florida, Alabama y Mississippi y los primeros 60 millones de dólares en fondos para el proyecto de construcción de una barrera para las islas de Louisiana”.
Según BP, hasta la fecha se han recibido unas 51.000 reclamaciones y se han efectuado más de 26.500 pagos, que ascienden ya a más de 62 millones de dólares.
Sin embargo, la petrolera británica, objeto de una dura presión por parte del presidente estadounidense, subrayó que “es demasiado pronto para cuantificar otros potenciales costes y responsabilidades vinculados con el incidente”.
Mientras, la Casa Blanca confía en que BP abonará indemnizaciones a las personas afectadas por el vertido de crudo del Golfo de México, según aseguró hoy el portavoz de la Presidencia, Bill Burton, que no aclaró ni la cantidad de los pagos ni cuándo se producirían.
“Estamos confiados en que esto avanzará”,
señaló. En este sentido, y sin dar detalles, apuntó que la empresa directamente responsable de la marea negra resarcirá a “todos los afectados”, previsiblemente con cantidades que sumarán miles de millones de dólares. “Trabajaremos junto a BP para llegar a una decisión”, añadió.