De coleccionar cómics a trabajar para Marvel: el camino de Adri Torres desde Logroño al universo de los superhéroes

En las paredes de su estudio cuelgan diferentes cómics antiguos de Marvel en los que se ve el precio: 35 pesetas. Son el origen de un sueño. Adri Torres creció en Logroño rodeado de cómics; primero los que coleccionaba su padre y más tarde los que le regalaban a él por cada Navidad o cumpleaños. Ahora es él quien dibuja para la última serie de animación de X-Men para Disney+: sueño cumplido.

No ha sido un golpe de suerte ni un ascenso meteórico sino una carrera de fondo repleta de trabajo y mucha ilusión. Cuando estudiaba tercero de Bellas Artes en Bilbao consiguió una beca para irse a Nueva York. Allí acabó la carrera y dio sus primeros pasos en el mundo del diseño hasta llegar a ser director de arte. Pero sabía que ese no era el destino: quería dedicarse a la animación. “Era un paso difícil pero decidí dejarlo todo e intentarlo”, recuerda, “me fui a Los Ángeles a estudiar un máster intensivo a la escuela CalArts, fundada por Walt Disney”.

‘Los hermanos Willoughby’ y ‘Kitti Katz’ en Netflix, Snack World en Nintendo… Adri Torres ha ido dando pasos en el mundo de la animación en EEUU, moviéndose entre los mejores equipos de las grandes factorías hasta llegar ahora ‘X-Men97’ en Marvel para Disney+. “Cuando hice la entrevista para X-Men lo tenía ya todo muy bien aprendido, eran muchos años leyendo Marvel y así he ido metiendo secretos”, explica Torres, “era un sueño ver cómo me iban aprobando todo”. 

Tan importante es ser bueno como trabajar bien en equipo. Hay que salir y conocer gente

Todo esto fue sucediendo a distancia y a raíz de la pandemia. “Llevaba un año y medio trabajando en animación en Netflix cuando llegó la crisis sanitaria y nos fuimos a trabajar a casa, me volví de Estados Unidos a España”, cuenta el dibujante, “había muchísimo trabajo porque fue el boom de los servicios de streaming y así, desde aquí, empecé a trabajar para Disney+ y, una vez dentro, me ofrecieron Marvel, primero como freelance en diferentes proyectos y de ahí a la serie con jornadas completa durante los últimos dos años”.

Jornadas tan completas que en ocasiones llegan a las 60 horas de trabajo semanales. Cada episodio de la serie cuenta con un equipo de más de veinte personas en el departamento de arte trabajando durante aproximadamente un mes. Adri Torres trabaja en preproducción diseñando conceptos, localizado sobre todo en ‘environment’ y ‘props’. “Para que la gente lo entienda, yo hago todo lo que no son personajes ni fondos; hago los vehículos, naves, trajes o cualquier objeto que interactúa con un personaje. El diseñador de fondo diseña las paredes y yo las visto, las lleno de cuadros o muebles y diseño las armas o el vestuario de los personajes”, explica el joven logroñés. 

X-Men97 ha sido una de las series animadas de las que más se ha hablado en los últimos meses y, aunque Torres no deja claro su futuro, el último capitulo emitido esta semana ha dejado el final abierto. Todo parece indicar que habrá continuación. También trabaja ya en otros proyectos pero no desvela nada por el momento. Lo único que deja claro es que seguirá trabajando para los grandes estudios americanos. “Todo funciona muy bien en remoto y ya no quieren que vayamos al estudio así que trabajo para ellos desde Logroño y Madrid principalmente”. Reconoce que las condiciones son muy buenas, “sobre todo si las comparas con compañeros que trabajan en estudios de España” pero también deja claro que el nivel de exigencia es enorme y “se meten muchas horas extra, pero siempre productivas”.

Pixar, el sueño por cumplir

¿Hay algo que decepcione al Adri Torres niño fanático de Marvel? Todas sus respuestas llevan a pensar que no. “Es verdad que el día a día es más mecánico de lo que puede parecer desde fuera pero es un auténtico sueño cumplido”, asegura. No es de los que dicen que nunca imaginó llegar tan alto. Él sí lo había visualizado. “Desde pequeño imaginaba llegar hasta aquí pero no sabía cómo porque tampoco eres consciente de todo lo que hay detrás pero si enfocas tu carrera y tus prácticas a la animación, si lo proyectas y lo trabajas, al final llegas”.

Cree que la calve del éxito para la gente joven que quiera entrar en esta industria es “relacionarse con gente con sus mismos gustos porque a veces los artistas nos cerramos mucho en nosotros mismos y es tan importante ser bueno como trabajar muy bien en equipo y para eso hay que estar en el lugar adecuado, conocer a gente. Yo puedo ser muy bueno haciendo naves y luego tener una compañera que es buenísima en anatomía. Para eso hay que ir a muchos festivales, Comic-Cons, hacer amigos y, sobre todo, nunca darte por vencido”.

A pesar del éxito, todavía asegura que le quedan sueños por cumplir. El que más claro tiene es Pixar. “Crecí con esas pelis. Siempre fui muy fan de Disney pero recuerdo perfectamente cuando vi Toy Story y sentí ese cambio en la animación, eso me marcó mucho, luego ya descubrí que era el 3D. Me encantaría trabajar en Pixar porque su forma de contar historias es única porque son relatos muy adultos con personajes muy infantiles. Son películas para que el niño las vea y el padre las entienda”. A estas alturas ya casi nadie duda de que lo conseguirá.