El apoyo mostrado por algunos iraníes a los egipcios y los tunecinos les ha costado caro. Una persona ha muerto y varias más han resultado heridas este lunes durante una manifestación registrada en Teherán, según ha confirmado la agencia semioficial Fars. Las fuerzas de seguridad recurrieron al uso de gases lacrimógenos para dispersar a los miles de iraníes que se echaron a las calles en el centro de la capital pese a que las autoridades no habían autorizado la marcha.
Varias decenas de iraníes simpatizantes de la oposición han sido detenidos mientras participaban en la manifestación convocada para apoyar las recientes revueltas populares antigubernamentales de Egipto y Túnez, según ha informado la página Web del líder opositor Mirhosein Musavi, Kaleme.
Ante esta situación, la organización defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) ha mostrado su condena por la la actitud de las autoridades iraníes de disolver una marcha aparentemente pacífica. “Los iraníes tienen el derecho de reunirse para expresar pacíficamente su apoyo al pueblo de Egipto y al de Túnez. Mientras que las autoridades tienen la responsabilidad de mantener el orden público, esto no debería ser excusa para prohibir y dispersar las protestas de quienes están ejerciendo este derecho”, ha señalado Hassiba Hadj-Sahraoui, director adjunto de Amnistía Internacional en Oriente Próximo y Norte de África.
“Esta campaña es la última de una serie de movimientos de las autoridades dirigidos a bloquear el trabajo de activistas y agobiantes discrepantes”, afirma.