Esta madrugada, según hora local, la primera avanzadilla, formada por Jordi Corominas, Jonathan Larrañaga y el americano Fabrizio Zangrilli, comenzó el ascenso desde el campo base, situado a 4.000 metros en busca de montañero oscense.
Ortas indicó, en el transcurso de una rueda de prensa, su confianza en que el rescate del escalador aragonés, que permanece aislado e incomunicado desde hace nueve días a 6.300 metros de altitud en el Latok II, en el Karakorum paquistaní, se llevará a cabo con éxito.
El resto de integrantes del operativo de rescate que se encontraban en Skardu, se trasladaron hoy al campo base, para sustituir por turnos a los que ya han comenzado el ascenso para trazar la ruta y equipar la vía. Según las previsiones, el equipo tardará en llegar, al lugar donde se encuentra Óscar Pérez, unas 48 horas.
Ortas informó de que un helicóptero ha sobrevolado la zona en la que se encuentra el montañero para que éste se sienta más tranquilo, y para recabar información sobre la zona. Además, Pérez cuenta a su favor con la estabilidad ambiental y con el calor del sol que incide durante todo el día en la zona en la que él se encuentra.
“Estos vuelos se realizan más que para ver a Óscar, que es muy difícil porque la pared es muy grande, para que vea el helicóptero y sepa que se le está buscando. Creemos que ha tenido que oír durante tres días los helicópteros y si está vivo, que es lo que todos deseamos, le dará mucha fuerza para aguantar”, explicó Ortas.
El vicepresidente de Peña Guara, que espera que el buen tiempo siga colaborando en este rescate, reconoció que las horas próximas van a ser cruciales. Además informó de que se está organizando la asistencia medica para cuando Óscar Pérez llegue de Skardu.
A pesar de la confianza que Peña Guara deposita en el operativo de rescate, la incertidumbre es patente, ya que se desconoce por completo cuál puede ser el estado de salud del montañero que sufre una fractura en la pierna y otra en la mano. También resultará crucial la capacidad que pueda tener para descongelar nieve el montañero, cuyo compañero de cordada, Álvaro Novellón, le dejó algunas provisiones antes de ir a buscar ayuda.