En Guijuelo han avisado a su entrenador, Alberto Iglesias: o el equipo se pone en marcha y se gana al Logroñés o se va a la calle. Así de simple. Y así de claro. Por tener, Iglesias ya tiene hasta sustituto, como aseguró el presidente chacinero en la prensa local: Ángel Crego, director deportivo del equipo, tomaría las riendas del banquillo.
En Logroño no hay aviso, pero Setién sabe que el crédito se le está agotando. Los puestos de cabeza, ésos a los que su Logroñés debía aspirar por mandato directivo, quedan cada vez más lejos. Y entrar en puestos de descenso complica aún más su situación. El equipo ha dejado de mostrar su mejor cara y sigue sin ganar fuera de casa.
Así que dos crisis se enfrentan a las 17.00 horas del domingo en el siempre complicado para los visitantes campo del Guijuelo. No es la úncia similitud: los equipos que formarán en la cita vespertina estarán hechos casi como un sudoku, por culpa de las bajas.
En el Logroñés, Omar se rompió e Ivan Díaz tampoco jugará. La de este último es una baja con consecuencias, pues Díaz es un hombre guadianesco que, sin embargo, ha sido capaz de poner patas arriba unos cuantos encuentros. La recuperación de Jaume (y también las de Eneko y Jorge Campos, todos ellos duda hasta el último momento) permitirá al menos que el centro del campo de los blanquirrojos no se rompa por completo.
En Guijuelo, miran también a la enfermería con preocupación. Más incluso que al calendario, donde tienen marcadas en rojo de derrota las cuatro últimas jornadas. A la baja de Urraca por sanción se les han unido la Pato y la de Juanma. Eso, unido a la ausencia de Carmelo desde hace varias jornadas, dejará al Guijuelo sin sus habituales en banda izquierda y con los puestos de centrales ocupados por caras nuevas.
Todo, en definitiva, es muy similar en ambos conjuntos. Similar en lo negativo. Quien salga victorioso se dará un necesario empujón moral. El perdedor deberá pensar en métodos más expeditivos de asumir su crisis.