El Manchester United, actual campeón de Europa, superó el reto de Do Dragao (0-1) para citarse con el Arsenal, verdugo del Villarreal, en las semifinales de la Liga de Campeones gracias al protagonismo de Cristiano Ronaldo y su buen balance defensivo ante los postreros intentos locales.
Un soberbio disparo de Ronaldo, alejado casi treinta metros de la portería defendida por el irregular Helton, propició el éxito del equipo de Ferguson, quien no pudo festejar de mejor modo su partido número 150 en el banquillo de la 'Champions'.
El campeón acudía al estadio Do Dragao con urgencias y la particular leyenda negra que perseguía a los equipos ingleses en este escenario porque ninguno de los doce que midieron fuerzas con el Oporto pudieron regresar a las Islas Británicas con un triunfo en el zurrón.
El Manchester, que había perdido en dos de sus tres visitas a Do Dragao, encontró la mejor respuesta al apuro en el que le situó Mariano Gómez hace una semana,
cuando anotó el empate en Old Trafford en el último minuto.
Los de Ferguson se dispusieron dominadores, con Carrick y Anderson como directores de una orquesta que afinaba sus notas del mismo modo que en San Siro ante el Inter en cuartos. Todavía no había leído toda la partitura cuando encontró la solución a sus problemas. Un disparo formidable de Ronaldo, a los seis minutos, que se coló a media altura en la meta portuguesa.
Era el segundo gol del portugués en esta 'Champions', pobre contribución en comparación con los ocho del pasado año, aunque al menos le restan dos partidos para mejorar sus prestaciones. Con el gol, el Manchester, invicto en Europa, cerró filas y dedicó esfuerzos a una de las tareas en las que mejor cumple, defender.
Los de Jesualdo Ferreira tardaron en concienciarse de la oportunidad. Tampoco dieron el nivel de Old Trafford ni el del Calderón. Cuando tuvieron que buscar al equipo rival evidenció carencias, máxime cuando a la media hora perdió por lesión a Lucho González, uno de los miembros de su 'tridente'.
Pero ni Hulk ni Lisandro encontraron escapatorias entre Ferdinand y Vidic, dos centrales de garantías que sostuvieron al Manchester. También Van der Saar, protagonista en la ida, alejaba las dudas con su seguridad bajo palos. El Manchester resistió complaciente el paso de los minutos. Tampoco exhibió mayores argumentos ofensivos que los intentos personales de Ronaldo y se preparó para el arreón final de los locales.
Un Oporto entusiasta que apretó en la recta final, tratando de emular el partido de 2004 cuando apearon al Manchester en el último suspiro, pero los 'red devils' salvaron su portería y cumplieron con el desafio, que les sitúa en sus tercera semifinales de 'Champions' consecutivas.