Parece que la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, está viviendo unos días de relativa calma en lo que a política interior se refiere. La mandataria ha podido firmar un decreto que establece la renovación como titular del Banco Central de la economista Mercedes Marcó del Pont, cuyo mandato concluía este jueves, según informó una fuente del gobierno.
La continuidad de Marcó del Pont en el cargo asegura al gobierno el apoyo de la entidad para usar 7.509 millones de dólares de reservas para pagar a acreedores privados en 2011, lo que permitirá a Fernández mantener el alto nivel de gasto público en un año en que se celebrarán elecciones presidenciales.
La economista está completando el mandato de su antecesor, Martín Redrado, quien se vio obligado a dejar el cargo en enero tras enfrentarse con el gobierno por tratar de evitar el uso de reservas del Banco Central para el pago de deuda.
Algunos economistas rechazan apelar a las reservas para pagar deuda, argumentando que aumentará el dinero en circulación y acelerará la inflación, pero el gobierno argentino sostiene que es mejor financiarse con reservas que emitir deuda en los mercados a tasas altas.
Para Marcó del Pont la política monetaria debería ser utilizada para fomentar el crecimiento y la creación de puestos de empleo. Además, apoya el tipo de cambio administrativo vigente en Argentina para mantener la competitividad de sus exportaciones.
Marcó del Pont seguirá al mando del Banco Central “en comisión”, figura legal que permite al Poder Ejecutivo realizar nombramientos en cargos que requieren de la aprobación del Senado, que deberá debatir el decreto una vez que el gobierno lo envíe.
Se espera que el Congreso, de mayoría opositora, se niegue a ratificar la renovación de Marcó del Pont, por lo que continuaría en el cargo “en comisión” hasta que finalice el mandato de Fernández en diciembre de 2011.
Por otro lado, Fernández de Kirchner ha visto como el Sindicato de Chóferes de Camiones (SICHOCA), que mantuvo bloqueado el acceso a las fábricas de la siderúrgica Siderar el pasado mes de agosto, ha desconvocado la nueva protesta prevista contra la compañía después de alcanzado un acuerdo con la empresa, según informó una fuente del Ministerio de Trabajo.
La huelga de agosto obligó a Siderar a detener la actividad en cinco de sus fábricas, y finalizó después de que el Ministerio de Trabajo ordenase a las partes iniciar una negociación obligatoria cuya fecha límite vencía este miércoles.
“Se llegó a un acuerdo. Se acordó la suma atrasada con deudas varias que tenían con los trabajadores y se logró un avance importante en la lucha contra el trabajo no registrado, al regularizar a los trabajadores que estaban en negro”, dijo a Reuters una fuente del Ministerio de Trabajo.
Problema con Paraguay
Sin embargo, la presidenta argentina se ha encontrado esta semana con la denuncia que ha presentado Paraguay en su contra por abrir un canal para desviar agua de un río compartido en una zona de producción ganadera.
El gobierno paraguayo ha calificado la situación como “de mucha molestia y muy grave”, además de advertir de que hará el reclamo por la vía diplomática.
El río Pilcomayo, que nace en los Andes bolivianos, divide los departamentos del Chaco paraguayo en el suroeste de su territorio, una región de clima seco que alberga extensos establecimientos ganaderos, y la norteña provincia argentina de Formosa.
El Ministerio de Obras Públicas paraguayo denunció que Argentina abrió un nuevo canal sin consultar porque no llevó a cabo los trabajos de limpieza de otro desvío ya existente, similar a uno que Paraguay sí se encargó de mantener.
“Este problema se suscita a partir de la inacción precisamente del gobierno argentino. Los que no hicieron su trabajo son los argentinos”
, ha denunciado el ministro de Obras Públicas y Comunicaciones paraguayo, Efraín Alegre.
En este sentido, el embajador de Argentina en Asunción, Rafael Romá, fue citado para discutir el asunto con el ministro de Exteriores paraguayo, Héctor Lacognata, según un portavoz del ministerio.
Alegre anunció que su cartera trasladará el viernes maquinaria a la zona, situada a unos 500 kilómetros al oeste de Asunción, para tapar el canal argentino.
“Para garantizar que el agua siga ingresando [...] hemos hecho una inversión de manera sostenida desde hace 10 años. Y esos trabajos están comunicados, informados al gobierno argentino”, dijo el ministro. “Ellos no hicieron su trabajo y no tienen agua. Nosotros hicimos el trabajo y tenemos agua. Lo que tienen que hacer es limpiar el cauce”, añadió.