Un encuentro disputado en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid que sirvió para evaluar el momento de forma del bloque de Messina, que comenzará el próximo sábado en Dos Hermanas (Sevilla) la nueva campaña de la Liga ACB.
El conjunto de Jerry Sloan, que cayó hace dos días en Londres en su duelo ante los Bulls de Chicago, ofreció una sólida imagen ante los blancos, a los que superó merced a su poderío interior, fundamentalmente durante el segundo período, en el que Paul Millsap (20 puntos) aniquiló las esperanzas blancas.
Y es que los blancos, más rodados, afrontaron el choque con la intención de demostrarse a sí mismos que pueden competir ante una franquicia NBA, tal y como hicieron hace dos años ante los Raptors de Toronto. El reto inicial planteado fue superado por breves momentos. En la mayoría, sin embargo, los Jazz demostraron que a la máquina ideada por Messina aún le faltan muchos minutos de rodaje.
Cuando el ritmo del juego se aceleraba y los estadounidenses cargaban su ofensiva en la 'pintura', el Real Madrid demostró una fragilidad que dista mucho de la versión que exigirá su técnico, Ettore Messina, dentro de unos meses, aquélla que necesitará el propio equipo madridista para optar a los títulos y dar brillo al nuevo proyecto del club.
Las diferencias se hicieron grandes durante el segundo cuarto, en el que los suplentes de los Jazz, liderados por un inconmesurable Millsap, abrieron renta en el electrónico (16-33 de parcial). Pero se agigantaron aún más cuando Deron Williams asumió el mando en el tercer cuarto, desatando el caudal de los suyos.
La mejor noticia para los blancos fue la participación en el encuentro del lituano Darjus Lavrinovic, una pieza de gran valía para el equipo, más aún con las ausencias de los lesionados Van den Spiegel y Felipe Reyes. El báltico Rimantas Kaukenas también ofreció buenos detalles, aunque insuficientes para doblegar la contundencia de los de Sloan, que llegaron a dominar por 28 puntos en el tercer período (48-76).
La principal estrella de Utah, Deron Williams, ejerció de perfecto director de orquesta de su equipo, deleitando al aforo con sus pases en transición, que sus compañeros se encargaban de finalizar, para por momentos borrar de la pista al Real Madrid, que durante la segunda mitad bajó los brazos, con la mirada puesta en su siguiente compromiso, ya oficial, ante el Cajasol, el próximo sábado.