CSIF denuncia que La Rioja es una de las diez comunidades autónomas que todavía no dispone de un Plan de Igualdad para sus empleados y empleadas públicas, a pesar de disponer de toda una Consejería de Igualdad desde hace dos años y medio “con un presupuesto envidiable pero con una deplorable ineficacia de su gestión”, critica CSIF.
Con motivo de la celebración de este 22 de febrero, Día Europeo de la Igualdad Salarial, CSIF ha analizado diferentes indicadores (Agencia Tributaria, EPA, Seguridad Social, Boletín Estadístico de las Administraciones Públicas) que ponen de manifiesto la difícil situación de las mujeres en el ámbito laboral.
“La crisis del COVID 19 no solo ha supuesto un problema social, sanitario y económico a gran escala, sino que también ha afectado de forma específica al equilibrio entre vida y trabajo entre hombres y mujeres, agravando la de por sí elevada brecha salarial y las diferencias en el ámbito laboral”, advierten desde la central sindical.
Los últimos datos sobre brecha salarial en España han sido obtenidos por la Agencia Tributaria y corresponden a 2020 (el primer año de la pandemia. ‘Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias). En función del salario medio anual (22.640 e para los hombres y 18.047 e para las mujeres) sitúa la brecha salarial en el 20,29 por ciento.
Ahora bien, al analizar los salarios medios de los ERTES de enero 2022 vemos como la brecha se eleva al 34,6 por ciento, una diferencia inédita en las últimas décadas, con un salario medio de los hombres de 17.577 y de 11.487 de las mujeres.
El análisis de CSIF muestra también que la diferencia entre hombres y mujeres con contratos temporales se ha multiplicado por 10. Si en el el último trimestre de 2019 había 27.700 mujeres más en contratación temporal, en el mismo período de 2021 había 272.500 más.
Asimismo, los últimos datos de la EPA señalan que hay más del triple de mujeres que hombres contratadas a tiempo parcial. En la misma línea, la pandemia eleva a 337.300 el número de mujeres que trabajan a tiempo parcial para el cuidado de familiares (ellas representan el 94,9 por ciento de estos contratos). Por el contrario, el número de hombres que reducen su jornada por este motivo ha descendido.
Si miramos las cifras del paro, sigue habiendo más mujeres (1,6 millones frente a 1,4 millones de hombres). Por otra parte, aunque se ha producido una mejoría general en el empleo, comprobamos como el paro en los hombres se ha reducido el doble respecto a las mujeres en el último año. O lo que es lo mismo, el paro desciende a la mitad de ritmo en ellas.
En el análisis realizado por CSIF llama la atención el dato de parados por estado civil. Según este indicador, hay 756.200 mujeres casadas en paro frente a 431.400 hombres, es decir, casi el doble.
Diferencias en las administraciones públicas
Esta circunstancia también se da en las administraciones públicas. En estas, la diferencia en la contratación temporal entre hombres y mujeres ha subido un 33,8 por ciento con respecto al año anterior. Igualmente, el número de mujeres que se acoge a excedencias por cuidado de familiares triplica al de hombres y lo quintuplica en el caso de las reducciones de jornada.
“Todos estos datos llevan a remarcar la importancia de fomentar la corresponsabilidad también en esta situación de crisis en la que nos encontramos, con campañas específicas de concienciación y formación en igualdad. El Gobierno debe realizar un análisis y evaluación anual de la brecha salarial de género y aplicar medidas específicas para corregir las diferencias que se han producido en la pandemia”, reclama CSIF.
CSIF también propone la implantación de medidas de conciliación sin pérdida retributiva, la negociación y puesta en marcha de planes de Igualdad todavía pendientes tanto en empresa privada como en las administraciones públicas.
“Corremos el riesgo de que muchas mujeres se vean obligadas a solicitar reducciones de jornada o incluso dejar sus puestos de trabajo para cuidar niños/as y personas mayores. No podemos permitir que todo lo que se ha avanzado en los últimos años, se pierda por culpa de no tener medidas que favorezcan la conciliación; medidas que CSIF lleva años pidiendo: horarios flexibles, jornadas intensivas, bolsa de horas, etcétera”.
Son considerables las consecuencias que tiene para una mujer que se ve presionada a coger una reducción de jornada o a dejar su trabajo: reducción de salario, cotización y jubilación, merma de las posibilidades de promoción profesional, dependencia económica de la pareja, etc. Todas estas circunstancias condicionan la brecha salarial, así como afectan en la futura pensión.
“CSIF rinde homenaje de manera singular a las mujeres que, con todas las dificultades añadidas que suponen las tradicionales desigualdades y situaciones de discriminación, están en primera línea luchando en esta crisis y velando por la salud, las prestaciones y los servicios que recibe la ciudadanía: profesionales de la sanidad, docentes, administrativas, cajeras de supermercado, trabajadoras del campo, trabajadoras de todos y cada uno de los sectores que se han visto golpeados”.