La cultura también puede ser de kilómetro cero: los pueblos de La Rioja que crecen gracias al arte
Los festivales del medio rural de La Rioja son mucho más que ocio y la cultura también puede ser de kilómetro cero. Numerosos proyectos culturales, algunos novedosos y otros de asentada trayectoria, han surgido como un escaparate de sus pueblos pero también como una manera de aportar valor al entorno más cercano, impulsar una nueva mirada a la ruralidad, fijar población y ofrecer cultura dónde a veces no llega.
Un compromiso firme que nace además desde el propio pueblo. “Lo que nos mueve es el amor al pueblo”, dice Víctor Grandes, uno de los creadores de Sierra Sonora, el festival cultural con música, teatro y naturaleza que surgió en plena pandemia por un grupo de amigos de Viniegra de Abajo. Se organizaron como asociación porque “donde no llega la política y las empresas está el asociacionismo” y empezaron a construir un festival sin perder de vista que la sierra del Alto Najerilla siempre sería protagonista.
Aunque casi cuatro años después Sierra Sonora ya es un festival reconocido, la organización tienen claro que nunca será un macrofestival precisamente para proteger el entorno. También es de cercanía el público; aunque cada vez llegan hasta Viniegra desde más lejos pero los vecinos y vecinas del pueblo son los primeros en sumarse al festival y para los preparativos se vuelcan a través de una red de amor al pueblo.
Hasta Camprovín llegan cada verano cientos de personas para conocer los nuevos murales que impregnan de arte los muros del pueblo. Un festival de arte que nació cuando el pueblo agonizaba, la población estaba disminuyendo y la escuela estaba en riesgo. “Contratamos a una licenciada en Bellas Artes con el objetivo de darle una vuelta al concepto de ruralidad”, recuerda el entonces alcalde de la localidad, Arturo Villar. Y pusieron en marcha “un museo sin paredes, con grafitis y murales y con el arte más vanguardista”.
Desde 2017, unos cuarenta artistas de todo el mundo han llegado a este pueblo de 174 habitantes, donde han convivido durante al menos cinco días para desarrollar su arte. El festival Camprovinarte ha logrado su objetivo de atraer talento y juventud a través de la cultura y 25 personas más viven hoy en este pueblo riojano.
A pocos kilómetros de allí, en el pueblo de Badarán aprovecharon la tradición teatral para crear el que es un festival nacional que elige entre 80 propuestas de alta calidad que se representan durante un fin de semana en diferentes rincones de la localidad. Badarán que Hablar se puso en marcha por un grupo de vecinos aficionados y sirvió además para poner en marcha la compañía teatral Agua de Mayo, hasta donde llegan sus miembros durante todo el año aunque vivan en otras localidades. El teatro y la cultura se ha convertido en el nexo de unión del pueblo.
El Observatorio de la Cultura tiene una parte dedicada a los proyectos del medio rural y La Rioja es la comunidad con más proyectos en esta lista. Además de Sierra Sonora, Badarán Que Hablar y Camprovinarte, también se ha destacado a Arte en la Tierra, Bañarte, Espacio Arte VACA y el Teatro de Canales La Rioja. Todos ellos con la premisa de que su pueblo sea el mejor escenario cultural para hacer crecer a sus pueblos.
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