Aventura, destreza, pasión por volar en globo y los bellos paisajes son los ingredientes que unen estos días en Haro -donde los hermanos Montgolfière, precursores de la aerostación, hicieran durante el mes de la vendimia de 1804 una exhibición de la que queda constancia escrita- a las figuras nacionales e internacionales más destacadas de la aerostación en el ya tradicional Campeonato de España organizado por el Club Riojano de Aerostación. Hoy domingo toca disputar el tercer día de prueba de la XXXIII edición de esta competición y la XI Copa Internacional de Globos Aerostáticos Crianza de Rioja. Desde el pasado viernes y hasta mañana los cielos de La Rioja Alta dan la bienvenida a una treintena de pilotos: deportistas apasionados de la aerostación, un hobby para algunos y una profesión para la mayoría, que entre unos y otros han sobrevolado prácticamente todo el planeta: Groelandia, La Sabana, Oriente, los Andes o el Amazonas, forman parte de algunas de sus expediciones aéreas.
Uno de los objetivos del Club Riojano de Aerostación a lo largo de los años ha sido la de compartir con el público la pasión de volar y dar a conocer un deporte internacional. Óscar
Ayala, presidente del Club y experimentado piloto, capitanea desde el inicio este campeonato “entre amigos”, “somos una familia, nos conocemos todos, venimos de España y de países europeos, Francia, Alemania, Portugal o Inglaterra y los mejores pilotos que compiten están aquí ,hacemos posible este encuentro a pesar de la crisis para que disfruten ante todo y tengan un gran recuerdo”. Durante unos días el Hotel Ciudad de Haro se configura como el punto de encuentro para el inicio de los vuelos y el compañerismo y la competición sana reina en el ambiente, todos comparten sensaciones, experiencias y conocimientos.
Antes de cada salida se consultan los vientos previstos para el día en el Centro Nacional de Meteorología, notificada al aeropuerto la ocupación del espacio aéreo de la zona por los globos y se celebra una reunión entre los equipos llamada “briefing” donde el director de la comperición informa a los pilotos de los pormenores de la jornada y de las pruebas que se desarrollarán a una altitud máxima de entre 1000 y 2000 metros, después del amanecer (8.00 a.m) y cuando caiga la tarde (19.00 p.m).
“Hace falta unas condiciones atmosféricas ideales para salir, que no haga mucho viento que no llueva y que haya movimiento arriba, es decir, que haya varias en capas diferentes de viento para que se puedan mover los globos y puedan dirigirse bien a las dianas”, explica Ayala.
Con permiso del viento y del clima, el cielo y la tierra de La Rioja competidores y asistentes serán testigos de un espectáculo que nunca deja de sorprender por la singularidad, la autenticidad, la tranquilidad y los pormenores de cada vuelo, que en esencia son irrepetibles.
Cada piloto iniciará entonces su particular vuelo, una aventura única e irrepetible. Ya se sabe que en el deporte de la aerostación se conoce el punto de partida, pero no el destino final. La pericia, la precisión y la estrategia de cada deportista para utilizar los vientos a su favor, son algunas de las aptitudes que quedarán patentes durante las diferentes pruebas (El galgo y la liebre; Fuera-Dentro, Máxima Distancia; Mínima Distancia, Caja Imaginaria...) que se desarrollen durante este campeonato.
“Al contrario de lo que la gente suele pensar, estas pruebas no son de velocidad ni de carrera”, explica Iván Ayala, hijo de Óscar y otro experimentado piloto reconocido a nivel mundial, “son siempre de precisión porque no puedes dirigir la dirección en la que vuela el globo y hay que ir a diferentes alturas buscando diferentes corrientes de vientos que te lleve a las zonas especificadas en el briefing”. Por ejemplo una de estas pruebas consiste en poner “una diana en el campo con unas coordenadas especificas dadas antes del vuelo e intentar navegar con los vientos de ese día para pasar lo más cera posible de la diana y se tira una bolsita, una cinta de un metro de largo con una bolsa de arena de 30 gramos, un testigo con un número y donde caiga se mide al centro de la diana y el que se haya acercado más puntúa”.
Cabe destacar que las puntuaciones que obtengan los participantes se añadirán al ranking personal y, por tanto, serán válidas para el ranking internacional ya que de estas pruebas saldrán los pilotos que acudirán al Mundial de Estados Unidos que se disputará en Battle Creek (Michigan).
La Rioja se ha convertido, gracias a sus vientos y a su excelente patrimonio gastronómico,
cultural e histórico, en sede obligada y punto de encuentro indiscutible para pilotos de globos aerostáticos, además de los espectaculares paisajes a vista de pájaro “ La Rioja no solo es comer y beber hay que conocerla muy de cerca para percatarse de lo que tenemos y lo que es, estamos en un entorno privilegiado y es difícil encontrar una estampa tan bella de esta comunidad con el río Oja, Tirón la desembocadura del Ebro, las viñas...recuerdo que la primera vez que vinieron los alemanes se quedaron impactados en sus primeros vuelos, la gente de fuera lo aprecia y le queda en el recuerdo de por vida, amo la aerostación y por partida doble si es desde aquí”, reconocen emocionados padre e hijo.
Y es que la pasión por volar se lleva muy adentro “se nace con ello, es un espíritu que te invade, tenemos mucha afición, se siente muy hondo, mi hijo empezó a pilotar con 13 y ya volaba solo, yo empecé con 40”, explica Óscar, además esta familia tiene una Agencia de vuelos, ‘Arcoiris’, desde donde hacen las delicias de quienes quieran probar a volar con ellos “es una sensación única que nos gustaría compartir con todos”.